GENTE

LA VISITA OTOÑAL DE CAROLINA

Caen las hojas de los árboles, llegan las primeras lluvias y una repentina e indescriptible fuerza emocional tira de Carolina de Mónaco hacia el sur, hacia las dehesas extremeñas, su refugio natural en otoño. En su equipaje, la princesa -que ayer llegó a un acuerdo extrajudicial antes de que el Tribunal Supremo alemán sentenciase sobre su conflicto sobre unas fotos de sus hijos con la revista Bunte- no lleva traje de noche, ni vistosa ropa de tarde. Predomina el verde militar, los correajes y el gorrito de turno que, confundido entre jara y retama, hacen de la cazadora una prolon...

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Caen las hojas de los árboles, llegan las primeras lluvias y una repentina e indescriptible fuerza emocional tira de Carolina de Mónaco hacia el sur, hacia las dehesas extremeñas, su refugio natural en otoño. En su equipaje, la princesa -que ayer llegó a un acuerdo extrajudicial antes de que el Tribunal Supremo alemán sentenciase sobre su conflicto sobre unas fotos de sus hijos con la revista Bunte- no lleva traje de noche, ni vistosa ropa de tarde. Predomina el verde militar, los correajes y el gorrito de turno que, confundido entre jara y retama, hacen de la cazadora una prolongación del terreno. La princesa, tan mona y deportiva, forma ya parte inseparable del paisaje extremeño en otoño. Ha vuelto una vez más a las fincas Las Golondrinas y Aguas de Verano, propiedad del conde de Tres Palacios y que explota Fernando Díaz Bustamante, anfitrión de los Grimaldi desde hace unos años en esto de la cosa cinegética. La dehesa, situada en el término municipal de Cáceres, a unos 30 kilómetros de la capital, es un paraíso de perdices. Y Carolina, siempre acompañada de familiares y amigos, pasa unas jornadas apacibles lejos del mundanal ruido: paseos, batidas, charlas bajo el tibio sol extremeño y buen jamón de bellota y torta del Casar. Precisamente ahora se cumplen 25 años desde que por primera vez visitara estas tierras, siendo entonces una niña y acompañada de sus padres, Raniero de Mónaco y Grace Kelly.-JEREMÍAS CLEMENTE,

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