De circuitos y equipos

Viva la tradición. No hay Mundial, no hay circuito mundialista, que no se gane, año tras año, los mismos comentarios. No es selectivo, es muy rápido, no hay sitio para hacer la diferencia. Todo son unanimidades la víspera. En Plouay, un circuito ya probado todas las temporadas en un Gran Premio que se corre en septiembre, la gente sigue diciendo lo mismo de los 14,150 kilómetros, de los tres repechos (uno de kilómetro y medio al 6% nada más salir; otro de 300 metros al 10% en el tercer kilómetro, y un tercero de kilómetro y medio al 8% a cuatro kilómetros de la meta; y entre medias un largo, e...

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Viva la tradición. No hay Mundial, no hay circuito mundialista, que no se gane, año tras año, los mismos comentarios. No es selectivo, es muy rápido, no hay sitio para hacer la diferencia. Todo son unanimidades la víspera. En Plouay, un circuito ya probado todas las temporadas en un Gran Premio que se corre en septiembre, la gente sigue diciendo lo mismo de los 14,150 kilómetros, de los tres repechos (uno de kilómetro y medio al 6% nada más salir; otro de 300 metros al 10% en el tercer kilómetro, y un tercero de kilómetro y medio al 8% a cuatro kilómetros de la meta; y entre medias un largo, estrecho y sinuoso descenso que puede provocar más cortes que las subidas, o eso dicen), que no son selectivos. Pero, también como siempre, siempre están los rectificadores, los que aclaran que una cosa es dar una vuelta o 10, pero con 19 vueltas (hasta un total de 268,850 kilómetros), la dureza llegará sola. "Ya verán, ya verán, a partir del kilómetro 200", explica Óscar Freire, "cómo los repechos que antes se subían fácil, ahora cuesta, y cómo los huecos que antes se salvaban con un pequeño esfuerzo ahora se hacen grandes y más grandes". Teoría y práctica. Y deseos de Freire, un corredor que si por algo ha destacado, a parte de por su mortífera velocidad final, ha sido por su clarividencia en carrera, por la facilidad con la que se coloca y viaja en la cabeza del pelotón: "En una carrera de un día te lo tienes que jugar todo a una carta; y mi carta es, y estoy seguro de que así pasará, llegar en un grupo reducido al final. Una veintena o así". Y ganar, claro.Freire es de la selección española, y también de Mapei, un equipo que contará con 12 corredores en el Mundial distribuidos por seis selecciones, un equipo que ya ha hecho saber que su interés es ganar el Mundial. "Y estamos seguros de que no es que hagan carrera de equipo, pero cuando ataque un mapei de un país no saldrá a por él un mapei de otro", ha dicho uno de sus directores. Y Freire explica: "Si veo que no voy a poder ganar, pues preferiré que gane un compañero, Bartoli, Bettini, Van Heeswijk o el que sea".

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