AJEDREZ El gran duelo de Londres

Krámnik sorprende a Kaspárov

El joven ruso fuerza tablas con negras en la primera partida

Vladímir Krámnik ansiaba demostrar a su antiguo maestro Gari Kaspárov que no tiene nada que envidiarle en cuanto a preparación casera. Ayer le sorprendió en las primeras jugadas y arrancó un valioso empate con las piezas negras en la partida inaugural de las 16 que ambos disputarán en Londres, con 380 millones de pesetas en premios. Krámnik, 2º del mundo, tendrá mañana la iniciativa de las blancas en la segunda partida de este Mundial oficioso.El laboratorio de Kaspárov, que incluye seres humanos como su inseparable analista Yuri Dojoián y computadoras muy potentes, siempre ha sido una de las ...

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Vladímir Krámnik ansiaba demostrar a su antiguo maestro Gari Kaspárov que no tiene nada que envidiarle en cuanto a preparación casera. Ayer le sorprendió en las primeras jugadas y arrancó un valioso empate con las piezas negras en la partida inaugural de las 16 que ambos disputarán en Londres, con 380 millones de pesetas en premios. Krámnik, 2º del mundo, tendrá mañana la iniciativa de las blancas en la segunda partida de este Mundial oficioso.El laboratorio de Kaspárov, que incluye seres humanos como su inseparable analista Yuri Dojoián y computadoras muy potentes, siempre ha sido una de las armas más temidas pos sus colegas. Un número considerable de las victorias del Ogro de Bakú se fraguan en la apertura (primeros movimientos), con ideas preparadas y comprobadas durante muchas horas de entrenamiento. Por eso Krámnik respondió con énfasis el jueves: "¡Ojo!, mi preparación de las aperturas también es temible. En mi equipo están el ruso Yevgueni Baréiev, el francés Joel Lautier y el español Miguel Illescas, tres grandes maestros, y varios ordenadores que trabajan día y noche".

Al parecer, no sólo las máquinas laboran a destajo: ni Baréiev ni Illescas fueron vistos el jueves en la ceremonia de inauguración o ayer en la sede del duelo, el estudio de televisión Riverside. Siguiendo la moda implantada por Anatoli Kárpov durante sus enfrentamientos con Kaspárov, están encerrados, quizá para no contaminarse de ideas impuras o perder concentración. Y esos detalles propios de películas de espías se aplican también en el escenario: todo alimento consumido por Kaspárov y Krámnik mientras juegan es electrónicamente controlado antes de que sea servido. Así se elimina toda posibilidad de repetir la guerra de los yogures, protagonizada por Kárpov y Korchnói en el Mundial de 1978: según el sabor, tamaño del envase, color, etcétera, cada yogur podía suponer un mensaje en clave, del tipo "ataca en el flanco de dama" o "sacrifica el caballo".

Ni Kaspárov ni Krámnik estaban ayer por la labor de sacrificar nada. El primero hizo gestos de clara incomodidad al ser sorprendido en las primeras jugadas, y consumió mucho tiempo. El Ogro de Bakú no dudó en aceptar el empate ofrecido por Krámnik, que se llevó la victoria moral en el primer asalto.

Blancas: Kaspárov. Negras: Krámnik.

1 e4 e5 2 Cf3 Cc6 3 Ab5 Cf6 4 0-0 Cxe4 5 d4 Cd6 6 Axc6 dxc6 7 dxe5 Cf5 8 Dxd8+ Rxd8 9 Cc3 Ad7 10 b3 h6 11 Ab2 Rc8 12 h3 b6 13 Tad1 Ce7 14 Ce2 Cg6 15 Ce1 h5 16 Cd3 c5 17 c4 a5 18 a4 h4 19 Cc3 Ae6 20 Cd5 Rb7 21 Ce3 Th5 22 Ac3 Te8 23 Td2 Rc8 24 f4 Ce7 25 Cf2 Cf5, tablas.

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