Un equilibrista incita a la utopía en la sala El Canto de la Cabra

El inconformismo y la utopía se han adueñado de la sala El Canto de la Cabra, metaforizados en el alambre de un equilibrista. El causante es Blondin, el equilibrista francés que protagoniza El cruce sobre el Niágara, del dramaturgo peruano Alonso Alegría. Blondin prepara su último alarde: cruzará las cataratas sobre un alambre y, a la mitad del camino, se preparará y trasegará una tortilla sentado en el cable. Entonces, Carlo, un joven audaz, le acusa de fraude, porque "ha visto con su catalejo que ha cocinado ocho huevos y no doce, como había anunciado", relatan los programadores. Blon...

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El inconformismo y la utopía se han adueñado de la sala El Canto de la Cabra, metaforizados en el alambre de un equilibrista. El causante es Blondin, el equilibrista francés que protagoniza El cruce sobre el Niágara, del dramaturgo peruano Alonso Alegría. Blondin prepara su último alarde: cruzará las cataratas sobre un alambre y, a la mitad del camino, se preparará y trasegará una tortilla sentado en el cable. Entonces, Carlo, un joven audaz, le acusa de fraude, porque "ha visto con su catalejo que ha cocinado ocho huevos y no doce, como había anunciado", relatan los programadores. Blondin, dolido por la acusación, propone al joven que se encarame a sus hombros y así crucen el Niágara. "Basada en un hecho real, esta historia es una declaración de esperanza en la capacidad de mejora del ser humano", según los artífices del espectáculo, representado en Alemania, Inglaterra, Rusia, Japón, Israel, Australia y América Latina.

El cruce sobre el Niágara. Hasta el 22 de octubre (de jueves a domingo, 21.00), en El Canto de la Cabra (San Gregorio, 8, metro Chueca). 1.500 pesetas.

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