FÚTBOL Copa de la UEFA

El Alavés digiere el exceso de goles

El equipo vitoriano triunfa en Turquía con un juego descontrolado, ajeno a su manual futbolístico

El Alavés pasó el primer trago europeo de su historia gracias a un juego impropio de su manual futbolístico, en un partido de patio de colegio, empachado de goles, de errores y de cambios de chip -ahora estoy clasificado yo, ahora tú; ahora me resguardo yo, ahora tú-. Una actitud y un espectáculo lógicos entre dos clubes que han viajado por primera vez fuera de su país.El Alavés llegó a Gaziantep (una localidad turca cercana a la frontera con Siria) con la única necesidad de no perder y la conveniencia de marcar. El 0-0 de la ida no le dejaba otra alternativa. El técnico albiazul, José ...

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El Alavés pasó el primer trago europeo de su historia gracias a un juego impropio de su manual futbolístico, en un partido de patio de colegio, empachado de goles, de errores y de cambios de chip -ahora estoy clasificado yo, ahora tú; ahora me resguardo yo, ahora tú-. Una actitud y un espectáculo lógicos entre dos clubes que han viajado por primera vez fuera de su país.El Alavés llegó a Gaziantep (una localidad turca cercana a la frontera con Siria) con la única necesidad de no perder y la conveniencia de marcar. El 0-0 de la ida no le dejaba otra alternativa. El técnico albiazul, José Manuel Esnal, Mané, planteó un partido físico. No le importó sacrificar a su máximo goleador (Javi Moreno) y a los dos jugadores que más fútbol generan (Jordi Cruyff y Pablo Gómez). La cuestión era ver quién se cansaba más y llegar lo más fresco posible al tramo final.

GAZIANTEPSPOR 3 / ALAVÉS 4

Gaziantepspor: Catkic; Polat, Korkmaz, Tunc; Yigit, Bayraktar, João Batista, Tekke, Albayrak; Mustafa y Sahintürk (Ozer, m. 46).Alavés: Herrera; Contra, Eggen, Karmona, Téllez, Ibon Begoña; Desio (Geli, m. 87), Tomic; Astudillo; Magno (Javi Moreno, m. 68) e Iván Alonso (Jordi, m. 69). Goles: 1-0. M. 12. Yigit. 1-1. M. 35. Iván Alonso, de cabeza a pase de Magno. 2-1. M. 45. Polat, en un saque de esquina. 2-2. M. 55. Tomic, de falta directa. 2-3. M. 71. Javi Moreno, tras un taconazo de Tomic. 2-4. M. 79. Tomic, a pase de Jordi. 3-4. M. 90. Albayrak, de zurdazo al borde del área. Árbitro: Eric Poulat, francés. Amonestó a Téllez, Magno, Albayrak y Desio. Unas 23.000 personas llenaron el estadio Kamil Ocak de Gaziantep (Turquía).

¿Los goles? Ya vendrían de una forma u otra. Y desde luego que vinieron. A raudales. Demasiados para el gusto del Alavés, un equipo con vocación imperturbable y maquinal que, muy a su pesar, se está acostumbrando en este inicio de temporada a mirar con frecuencia al marcador.

Precisamente ese carácter tibio, tan irreconocible en el Alavés, le complicó la eliminatoria. Recibe ahora goles con una facilidad pasmosa. El Gaziantepspor, un grupo de jugadores disciplinados pero primitivos, se supo manejar mientras su rival no se aplicó. Por dos veces se adelantó y obligó al Alavés a jugar a un fútbol para el que no estaba preparado. Mané había confeccionado un grupo para el desgaste, para el centrocampismo, pero no para un cruce de goles, para un partido a tumba abierta. Y en eso mismo derivó el choque.

En esa escena que Mané no había ensayado, el Alavés sobrevivió sorprendentemente. Tuvo que jugar a contracorriente. Durante casi toda la primera parte estuvo teóricamente eliminado, pero salió indemne. Primero, gracias a una acción de velocidad de Magno que terminó en la cabeza del uruguayo Iván Alonso. Empate a uno. Primer escollo superado. Más tarde, el portero del equipo turco, Catkic, salvó al Alavés del apuro con un error monumental en una falta directa sacada por Tomic. Se la tragó. Empate a dos. Segundo aprieto librado.

Con el empate a dos, el Alavés se calmó. Dejó de practicar el único recurso que era capaz de emplear: el gorrazo. Fue entonces cuando los argumentos físicos decidieron la eliminatoria, cuando Javi Moreno y Jordi Cruyff ingresaron en el partido para dar el golpe de gracia al partido. El primero marcó el 2-3; el ex jugador del Manchester entregó el cuarto a Tomic. Era un partido de fiebre goleadora, pero por mucho que subiera la temperatura en el estadio turco, sólo quedaban 10 minutos de partido.

Además, el Gaziantepspor era tan novato como el Alavés, pero infinitamente menos equipo. Está tan poco acostumbrado a encontrarse con tantos goles en contra en su propio estadio que se rindió demasiado pronto. Ni siquiera tuvo coraje para intentar un último esfuerzo.

Al final, los turcos se mostraron como un rival menos fiero de lo que se pregonaba, sobre todo en vigilias del partido.

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