Sydney 2000 ATLETISMO

El cubano Anier García, nuevo rey de los 110 metros vallas

Anier García es joven (24 años), pero, comparando su cuerpo (1,84 metros, 75 kilos), con los de quienes le rodean en los 110 metros vallas, no parece uno de esos nuevos prototipos que amenazan con invadir la pista, esos americanos, suecos o surafricanos musculados hasta el extremo como el norteamericano Terence Trammell, de 21 años y medallista de plata, con sus 1,88 metros y 85 kilos concentrados en el tren inferior, que parece que va a reventar los pantalones. No; García, el nuevo rey de la prueba, más se parece a los viejos, al Colin Jackson que no pudo alcanzar su sueño del podio olímpico,...

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Anier García es joven (24 años), pero, comparando su cuerpo (1,84 metros, 75 kilos), con los de quienes le rodean en los 110 metros vallas, no parece uno de esos nuevos prototipos que amenazan con invadir la pista, esos americanos, suecos o surafricanos musculados hasta el extremo como el norteamericano Terence Trammell, de 21 años y medallista de plata, con sus 1,88 metros y 85 kilos concentrados en el tren inferior, que parece que va a reventar los pantalones. No; García, el nuevo rey de la prueba, más se parece a los viejos, al Colin Jackson que no pudo alcanzar su sueño del podio olímpico, al Mark Crear que hubo de conformarse con el bronce o a su mejor amigo, el tercer estadounidense, Allen Johnson, campeón en Atlanta y cuarto en Sydney.García, de Santiago, cogió las vallas donde Alejandro Casañas, plata en Montreal 76 y Moscú 80, las había dejado. Pero mejorando el pasado, arrancando desde la escuela soviética, la que pone el énfasis en la técnica del paso de la valla antes que en la velocidad, y añadiendo sangre negra, velocidad antillana, para conseguir la mezcla perfecta.

Cuba derrotó a Estados Unidos. García ganó el oro en 13 segundos justos. "Desde la quinta valla ya sabía que iba a ganar", dijo con tranquilidad. Técnica perfecta. Ni un derribo. En cabeza desde el principio. Forzando a los rivales hacia la desesperación.

Pese a haberse multiplicado en una temporada sin descanso, García llegó a Australia perfecto de forma, mérito, dicen, de su entrenador, Santiago Antúnez. "Sí, pienso en el récord del mundo . Incluso pensaba haberlo batido en esta final, pero en el próximo año será mi objetivo prioritario", explicó el campeón. Ya sabe dónde puede arañar la décima que le falta, en la última recta, en los metros que van desde la décima valla hasta la raya. Sabe que debe llegar con más soplo.

De todas maneras, García sabía que iba a ganar desde que en los Campeonatos del Mundo de Sevilla, en 1999, quedó el segundo, tras Jackson. "El 2000 será tu año", le dijeron todos: Jackson, Crear, Johnson..., todo el clan cerrado del mundo de la valla alta.

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