Sydney 2000

Redgrave, el remero de oro

El británico consigue, a sus 38 años y tras sufrir una diabetes aguda, su quinto triunfo olímpico consecutivo

"Si alguien me ve cerca de una embarcación con remos, tiene permiso para pegarme un tiro", dijo el británico Steve Redgrave en Atlanta tras su cuarta medalla de oro consecutiva en los Juegos. Contaba 34 años y estaba harto del sufrimiento del remo. "Mucha veces me quedo solo y me pregunto '¿qué mierda estoy haciendo?' Sobre todo, cuando llegan los Mundiales o los Juegos. Es un nivel de angustia y de esfuerzo insoportables", confesó. Por fortuna para él, nadie se ha tomado su permiso. Ayer ganó su quinta medalla. Sólo el tirador de esgrima húngaro Aladar Gurevitch, con seis entre 1932 y 1960, h...

Suscríbete para seguir leyendo

Lee sin límites

"Si alguien me ve cerca de una embarcación con remos, tiene permiso para pegarme un tiro", dijo el británico Steve Redgrave en Atlanta tras su cuarta medalla de oro consecutiva en los Juegos. Contaba 34 años y estaba harto del sufrimiento del remo. "Mucha veces me quedo solo y me pregunto '¿qué mierda estoy haciendo?' Sobre todo, cuando llegan los Mundiales o los Juegos. Es un nivel de angustia y de esfuerzo insoportables", confesó. Por fortuna para él, nadie se ha tomado su permiso. Ayer ganó su quinta medalla. Sólo el tirador de esgrima húngaro Aladar Gurevitch, con seis entre 1932 y 1960, ha logrado más oros en ediciones sucesivas. Pero el mérito de Redgrave radica en que lo ha hecho en una disciplina que requiere un gasto de energía extremo.Hijo de un carpintero, Redgrave vive desde su infancia para remar. Su esposa, Ann, médico del equipo británico, dice que a veces se siente frustrada por su obsesión. Pero Redgrave asegura que no habría forjado su incomparable historial sin su apoyo. En alguna ocasión, Ann le ha echado en cara su incapacidad para otra clase de vida: "Sal de ahí y trabaja un poco". "No lo dice en serio", comenta Redgrave.

Un profesor de su colegio vio sus condiciones innatas para remar. Era muy grande y tenía unas manos y unos pies enormes. Su talla es de 1,97 metros y su peso de 105 kilos. En Los Ángeles 84 ganó su primer oro con el equipo de cuatro con timonel. En Seúl 88 venció en dos sin timonel. Su tercera y cuarto medalla la consiguió en la misma especialidad con su inseparable Matthew Pinsett. La quinta, improbable para muchos especialistas, la ha sumado en el de cuatro sin timonel. La hazaña tuvo más mérito por la dura oposición de Italia. Como reconocimiento a su carrera, el presidente del COI, Juan Antonio Samaranch, le ha entregado una insignia de oro.

Redgrave, poco diplomático, se distingue por sus respuestas directas. Se le tiene por duro, aunque sus íntimos valoran su integridad. Su carrera ha estado menos amenazada por la edad que por la salud. Hace tres años le diagnosticaron una diabetes. Se sintió deprimido, pero perseveró con un régimen diario de seis inyecciones de insulina. "Muchas veces me siento tan agotado que pienso en abandonar. Pero entonces piensas que alguien estará entrenándose más duro que tú. Y eso obliga a esforzarse más", afirma.

No hace mucho comenzaron a aflorar las críticas. Después de cuatro títulos olímpicos y ocho mundiales, el conjunto británico fue el cuarto en Lucerna (Suiza). Se dijo que Redgrave era su eslabón débil. "Ese resultado fue lo mejor que nos podía pasar. Sabíamos que teníamos que ganarnos el pan frente a enemigos muy duros", dijo poco después. Sus palabras fueron proféticas. Redgrave ha vuelto a ganar. Y ahora quiere su sexto título olímpico.

Archivado En