Crítica:ÁREA LIBREEl disco

Échate un cantecito

Llevaba quince años de ocurrencias geniales -de Veneno a Martirio- que siempre se quedaban en el underground. Pero en 1992, Kiko Veneno halló la piedra filosofal. Trabajaba como funcionario y tenía las tardes libres para pensar la música. Tras advertir que sus letras no comunicaban, descubrió el modelo de inteligibilidad de las agrupaciones de los carnavales de Cádiz. Radio Futura le puso en contacto con su productor, el londinense Jo Dworniak, que rodeó con carne esbelta sus canciones. Retratos imborrables: el dubitativo Lobo López, el buscavidas Joselito, el yonqui de ...

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Llevaba quince años de ocurrencias geniales -de Veneno a Martirio- que siempre se quedaban en el underground. Pero en 1992, Kiko Veneno halló la piedra filosofal. Trabajaba como funcionario y tenía las tardes libres para pensar la música. Tras advertir que sus letras no comunicaban, descubrió el modelo de inteligibilidad de las agrupaciones de los carnavales de Cádiz. Radio Futura le puso en contacto con su productor, el londinense Jo Dworniak, que rodeó con carne esbelta sus canciones. Retratos imborrables: el dubitativo Lobo López, el buscavidas Joselito, el yonqui de En un Mercedes blanco. Más certeras reflexiones de amor y cotidianeidad: Reír y llorar, El mensajero, Echo de menos y Me siento en la cama ("una mancha en la sábana / caldito de cuerpo / tienes el mismo agua / que me corre por dentro"). Y el erotismo de Fuego, la renovación de la lírica flamenca en Salta la rana, el santoral de Superhéroes de barrio. Echen la cuenta: son diez canciones y cada una tiene luz propia. DIEGO A. MANRIQUE

Autor: Kiko Veneno Editorial: RCA / BMG Precio: 1

647 pesetas

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