ANDALUCES OLÍMPICOS

150 centímetros de acero

Rafael Lozano tiene su vida comprometida con el boxeo. Este cordobés, uno de los más bajos de la expedición española que viaja a Sydney, vive y sueña con esta especialidad deportiva. Son 150 centímetros de puro hierro. Ni tan siquiera desea aventurar un alejamiento del cuadrilátero a la vuelta de las antípodas. "Todavía soy joven y, si te digo la verdad, no he pensado en el futuro más inmediato". Quizá Rafael espera a comprobar la dimensión real de su resultado olímpico. El profesionalismo, la vinculación como técnico a la Federación Española de Boxeo o su participación activa en el Programa M...

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Rafael Lozano tiene su vida comprometida con el boxeo. Este cordobés, uno de los más bajos de la expedición española que viaja a Sydney, vive y sueña con esta especialidad deportiva. Son 150 centímetros de puro hierro. Ni tan siquiera desea aventurar un alejamiento del cuadrilátero a la vuelta de las antípodas. "Todavía soy joven y, si te digo la verdad, no he pensado en el futuro más inmediato". Quizá Rafael espera a comprobar la dimensión real de su resultado olímpico. El profesionalismo, la vinculación como técnico a la Federación Española de Boxeo o su participación activa en el Programa Maestro que prepara la Diputación de Córdoba en colaboración con el Comité Olímpico Español (COE) son sus futuras opciones de trabajo.Es el único boxeador no profesional español y uno de los ocho europeos que ha conseguido plaza para Sydney. El camino no ha sido fácil, aunque en la segunda competición organizada por la Federación Internacional, donde quedó campeón, consiguió la plaza. Con los pies en el suelo y la referencia del gran nivel que aportan sus rivales, Rafael no mira como objetivo la medalla, aunque su deseo sería alcanzar el oro que ya rozó en Atlanta 96. Allí, en semifinales, el filipino Mansueto Velasco le arrebató un puesto para la final. El cordobés se trajo para España la chapa de bronce y enfiló su trabajo diario en el Centro de Alto Rendimiento Joaquín Blume de Madrid. En esta ocasión no se encontrará como rival a Mansueto -"que me han dicho que dejó el boxeo para meterse a actor de cine", comenta-, pero olfatea que el cubano Maikros Romero, campeón del mundo, y el estadounidense Valerio serán enemigos de primera línea: "Espero que el sorteo me sea favorable y sólo me encuentre a los favoritos en la final".

Rafael es un hombre de carácter afable, muy tranquilo "y feliz", como él mismo apunta. Aunque más completa sería esa felicidad si pudiera estar más tiempo al lado de su mujer y de su hija Sofía, de apenas tres meses. Sólo disfruta de ellas en esporádicos fines de semana en su casa de la barriada de Cerro Muriano. El resto de los días, desde hace muchos años, cuando en 1990 entró a formar parte de la selección española de boxeo, los pasa entrenando duro. Los centros de alto rendimiento Blume y el de Sierra Nevada, en Granada, son como su segunda casa.

Lozano tiene en Sydney su tercera cita olímpica: "Todavía recuerdo el combate de semifinales en Atlanta, en el que estuvieron presentes muchos compañeros -pidieron 100 entradas- y más de 400 españoles que estaban de excursión y que interrumpieron su programa turístico para ver el combate en directo".

La pelea con Mansueto planea por todos lados. Incluso Rafael vuelve a recordarla cuando se le hace referencia al valor de la experiencia en estos compromisos de élite: "La experiencia en boxeo no va pareja a la edad, sino al número de combates disputados. Se pueden tener 22 años y acumular tal cantidad de combates que ningún rival con experiencia te puede echar mano. Eso es lo que le ocurre a los rusos, a los boxeadores de países que pertenecían a la Unión Soviética, y a los estadounidenses. Están boxeando desde los 12 años y cuando llegan a los 20 superan el centenar de peleas". Lozano, con 30 años, suma 190 combates. Con este número y cinco años menos el oro en Atlanta no habría sido descabellado. Ahora tampoco lo es pero "el nivel ha subido mucho en los últimos años y todos los que llegan a los Juegos reúnen condiciones para llevarse la chapa", admite.

Rafael Lozano vive en Santander sus últimos días de concentración. "Dicen que Cantabria tiene un clima muy parecido al de Sydney en la época del año en que vamos. El entrenamiento de altura ya está hecho y ahora estoy en la fase de aclimatación, que culminaremos en Sydney los últimos días de agosto".

NOMBRE: Rafael Lozano.

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NACIDO EN: Córdoba.

EDAD: 30 años.

ESTATURA: 1,50.

PESO: 48 kilos.

ESPECIALIDAD: Boxeador, categoría minimosca.

EXPERIENCIA OLÍMPICA: Barcelona 92 y Atlanta 96.

OBJETIVO: Una medalla.

PALMARÉS:

Bronce en Atlanta 96. Subcampeón del mundo, campeón de la Copa de Europa Atenas 98.

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