Reportaje:ANDALUCES OLÍMPICOSANDALUCES OLÍMPICOS

Alonso Reyes Carácter de luchador

NOMBRE: Alfonso Reyes.NACIDO EN: Córdoba.

EDAD: 29 años.

ESTATURA: 2,02.

PESO: 119 kilos.

ESPECIALIDAD: Pívot de baloncesto.

EXPERIENCIA OLÍMPICA: Debuta en estos Juegos.

OBJETIVO: Aspira a todo, pero reconoce que el oro está reservado a equipo de EE UU.

PALMARÉS: Medalla de plata con la selección en el Eurobasket de 1999.

Hace ocho años presenció en el pueblo natal de su padre, la localidad jiennense de Canena, la humillante derrota que sufrió la selección española de ...

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NOMBRE: Alfonso Reyes.NACIDO EN: Córdoba.

EDAD: 29 años.

ESTATURA: 2,02.

PESO: 119 kilos.

ESPECIALIDAD: Pívot de baloncesto.

EXPERIENCIA OLÍMPICA: Debuta en estos Juegos.

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OBJETIVO: Aspira a todo, pero reconoce que el oro está reservado a equipo de EE UU.

PALMARÉS: Medalla de plata con la selección en el Eurobasket de 1999.

Hace ocho años presenció en el pueblo natal de su padre, la localidad jiennense de Canena, la humillante derrota que sufrió la selección española de baloncesto frente a Angola durante los Juegos Olímpicos de Barcelona 92. A sus 20 años, el pívot cordobés Alfonso Reyes comenzaba ya a despuntar en el deporte de la canasta y se le quedó grabada en la mente una idea que se convertiría en la ilusión de su carrera deportiva: "Quería jugar con la selección y hacerlo en unos Juegos". Para Reyes, el torneo olímpico es lo "máximo" a lo que puede aspirar cualquier deportista.Aquella dura derrota del equipo nacional frente al país africano es parte del pasado. El cordobés cree que "está olvidada" y que se ha abierto una nueva etapa para el baloncesto español: "A los angoleños ya les hemos ganado y ahora debemos ir partido a partido para continuar la magnífica racha de los últimos campeonatos" -la selección ha conseguido la medalla de plata en el Europeo de 1999, celebrado en Francia, y el quinto puesto en los últimos Campeonatos Mundiales-.

Reyes realizó sus primeros pinitos deportivos en una piscina. Sus padres, Alfonso y Lola, siempre animaron a sus hijos para que practicaran algún deporte y al mayor de la saga le gustó la natación desde el principio. Su fortaleza física hacía presagiar que podría realizar buenas marcas. Sin embargo, su elevada estatura, que desde muy joven le hacía destacar del resto de los chavales de su edad, le hizo cambiar el agua de la piscina por el parqué de las canchas de baloncesto.

Su primera prueba con un equipo de categoría no fue todo lo positiva que a él le hubiera gustado. Los técnicos del Real Madrid no vieron demasiado futuro en aquel grandote andaluz y le enviaron a jugar al colegio Decroly. Esta pequeña desilusión le hizo más fuerte y afianzó aún más su carácter luchador: "Aquello me hizo crecer como jugador y me hizo saber que podía jugar contra cualquiera. Posteriormente, me di cuenta que no me debía asustar de la nacionalidad, ni de la raza, ni de la mayor estatura de los rivales". Tan solo duró en aquel equipo de colegio dos años porque rápidamente fue captado por la exitosa cantera del conjunto madrileño Estudiantes, equipo con el que se proclamó campeón de España juvenil y en el que alcanzó la condición de jugador profesional.

No es el único de la familia que se gana la vida con el deporte, ya que su hermano Felipe juega como él en Estudiantes y se ha convertido en uno de los pilares de la selección que brillantemente se alzó con el Campeonato del Mundo junior el pasado año. Alfonso no guarda ningún elogio al definir a su hermano: "Creo que es un gran jugador y que tiene unas condiciones tremendas para triunfar". Sus otros hermanos, Rafael y Miguel, también practican deporte aunque han encaminado su futuro profesional a través de los estudios.

Pese a su juventud, ya ha recorrido varios equipos desde que debutó con Estudiantes: el Unicaja, con el que jugó y perdió la final de la Liga contra el Barcelona en 1994; una experiencia en el extranjero que no le resultó demasiado gratificante en el Racing de París; y vuelta a la disciplina del equipo madrileño. Ahora, Alfonso Reyes sueña con la ilusión del día en que ya pueda decir: "Soy olímpico".

En todo este recorrido, Alfonso no ha dejado a un lado los libros. El cordobés se siente especialmente orgulloso de estar a punto de concluir una de las carreras universitarias más complicadas, Ingeniero de Caminos, de la que cursa ya el último curso. Reyes tiene muy claro que será por ahí por dónde encaminará su futuro cuando deje el baloncesto, por el sacrificio que ha significado combinar el deporte de élite con los estudios, y porque le "encanta".

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