Casagrande encabeza un triplete italiano en Urkiola

A Francesco Casagrande, los cinco kilómetros que conducen al alto de Urkiola le parecieron "muy fuertes". En cambio, los que le vieron ascender impasible, la mirada descaradamente puesta sobre sus rivales y el pedaleo armonioso, juzgaron que el italiano se adjudicó la Subida a Urkiola sin alterarse. Nada más cruzar la línea se derrumbó junto a su masajista para exteriorizar, al fin, lo que nadie puedo entrever durante la prueba. La Subida a Urkiola fue una breve explicación entre italianos en la que Davide Rebellin perdió rápidamente la palabra (se descolgó a dos kilómetros del final) para aca...

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A Francesco Casagrande, los cinco kilómetros que conducen al alto de Urkiola le parecieron "muy fuertes". En cambio, los que le vieron ascender impasible, la mirada descaradamente puesta sobre sus rivales y el pedaleo armonioso, juzgaron que el italiano se adjudicó la Subida a Urkiola sin alterarse. Nada más cruzar la línea se derrumbó junto a su masajista para exteriorizar, al fin, lo que nadie puedo entrever durante la prueba. La Subida a Urkiola fue una breve explicación entre italianos en la que Davide Rebellin perdió rápidamente la palabra (se descolgó a dos kilómetros del final) para acabar tercero. Piepoli, último ganador de la prueba (igual que en 1995) sacudió su breve chasis para alejarse de Casagrande, que ni siquiera quiso colocarse a rueda del corredor de Banesto y prefirió arruinarle la moral colocándose en paralelo. Cuando Piepoli apretó al máximo para sacudirse la molesta compañía, sólo logró desfondarse ante la mirada de Casagrande, que se fue con facilidad en un sprint inexistente. Piepoli dimitió en cuanto vio a Casagrande levantarse del sillín.

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