LIDIALAS VENTAS

Rafael de Julia salió a hombros

Los novillos de Lozano Hermanos dieron una oportunidad real a la terna de demostrar sus credenciales, sus ganas y el corte torero que lucen. Los novillos fueron a más según iban saliendo al ruedo. Y quien resultó mejor parado en tal empresa fue Rafael de Julia, que acabó en hombros de la afición camino de la calle de Alcalá, y atravesó la Puerta Grande feliz y entre aplausos y vítores.El veterano novillero de Torrejón de Ardoz, bien conocido en Las Ventas, triunfador en otras ferias importantes de novilladas, cortó una oreja a su primero tras una faena desigual, en la que se fajó mejor por el ...

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Los novillos de Lozano Hermanos dieron una oportunidad real a la terna de demostrar sus credenciales, sus ganas y el corte torero que lucen. Los novillos fueron a más según iban saliendo al ruedo. Y quien resultó mejor parado en tal empresa fue Rafael de Julia, que acabó en hombros de la afición camino de la calle de Alcalá, y atravesó la Puerta Grande feliz y entre aplausos y vítores.El veterano novillero de Torrejón de Ardoz, bien conocido en Las Ventas, triunfador en otras ferias importantes de novilladas, cortó una oreja a su primero tras una faena desigual, en la que se fajó mejor por el pitón izquierdo y puso calor y temperamento, así como fue muy hábil en el manejo de la espada.

Lozano / Corpas, de Julia, Martín

Novillos de Lozano Hermanos, bien presentados, nobles y con casta, de excelente juego.Francisco Javier Corpas, nuevo en la plaza: ovación; oreja. Rafael de Julia: oreja; oreja. Alberto Martín: aviso y silencio; oreja. Plaza de Las Ventas. 4 de agosto. Nocturna. Casi tres cuartos de entrada.

En su segundo, Rafael de Julia ligó tres series de derechazos templados y sólo toreó en una ocasión al natural. Con el novillo más completo y noble de todos tuvo la virtud, el espigado y elegante novillero, de no dejárselo escapar. Pero el burel pedía más, una faena más compacta y larga en los muletazos, y más variada. Al cuarto novillo le hizo un quite por chicuelinas, en su turno correspondiente, quieta la planta, despacito y sentido, que fue de lo mejor de su afortunada noche.

Francisco Javier Corpas estuvo valiente en su primero, que tenía un pitón izquierdo imposible y un derecho más potable. Y en su segundo realizó una faena de muletazos intensos en series cortas, diferentes, las zapatillas atornilladas en la arena. Alberto Martín lució buen corte en su primero y le salió algún muletazo estimable y templado. En su segundo se fue calentando y al final conectó con los tendidos, al torear por el pitón derecho, y en los desplantes y pases del desprecio que obsequió al amable y generoso público nocturno.

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