Reportaje:TOUR 2000 13ª etapa

El nuevo ciclismo español

El último Tour del siglo coincide con la maduración de la última generación

De una forma espectacular y sonada, como si respondiera a una puesta en escena ensayada varias veces, los jóvenes ciclistas españoles han tomado el Tour al asalto. Bueno, no tanto. No se adivina en ninguno de ellos un ganador para este año. Evidentemente ninguno de ellos será Induráin (como el navarro salen en el mundo uno cada 15 o 20 años), quizás tampoco lleguen a Perico, al Delgado que alcanzó el estrellato con su primer Tour, en 1983, pero, olvidando un poco la prudencia, son una de las mayores alegrías que se está llevando el deporte español últimamente. Su irrupción, la llegada al prota...

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De una forma espectacular y sonada, como si respondiera a una puesta en escena ensayada varias veces, los jóvenes ciclistas españoles han tomado el Tour al asalto. Bueno, no tanto. No se adivina en ninguno de ellos un ganador para este año. Evidentemente ninguno de ellos será Induráin (como el navarro salen en el mundo uno cada 15 o 20 años), quizás tampoco lleguen a Perico, al Delgado que alcanzó el estrellato con su primer Tour, en 1983, pero, olvidando un poco la prudencia, son una de las mayores alegrías que se está llevando el deporte español últimamente. Su irrupción, la llegada al protagonismo de Beloki, Heras, Mancebo, Cañada y otros tantos, se ha producido en el Tour, el mejor escaparate con el que pueda soñarse, y ha coincidido, como si el juego generacional fuera un asunto de un día para otro, con el día más duro en el Tour de sus viejos, de Escartín u Olano. Son muchos y alegres. Les gusta el jolgorio y el barullo. Y hacen mucho ruido. Su irrupción, también, se produce en el momento en que en Francia, que vive de viejos recuerdos, y en Italia, siempre a la espera de Pantani, se ha producido un vacío generacional. Alguien debería llenar ese hueco: lo hacen los americanos, los alemanes. Y también los jóvenes españoles, que tienen, claro, calidad.La prensa extranjera, que se había olvidado de que existía España después de la retirada de Induráin, se acerca ávida y envidiosa a los periodistas españoles en el Tour. Primero felicitan. Luego admiran. Jo, Beloki, dicen. Y Mancebo. Y lo de Heras tampoco está mal. Cañada vistió el blanco de mejor joven unos cuantos días. Ahora no está entre los mejores de la general, como el otro trío, pero eso es por sus obligaciones de gregario para el ONCE. Mancebo, Beloki y Heras, no, ellos han llegado con libertad de movimientos. No son oficialmente los líderes de sus equipos, pero tampoco se les exige trabajar para nadie. Luego empiezan a preguntar detalles, vidas, comparaciones. Los tres se han ilustrado en los momentos más espectaculares de este Tour. Beloki en el Ventoux; Heras en el gigante de Provenza también. Mancebo en el Aubisque y en el Ventoux. Y ahora les llegan los Alpes.

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