Nunca es tarde para ser campeón

La culpa la tuvo un amigo que lo invitó a practicar el boxeo cuando aún no había cumplido los 16 años. "Aunque aquello no era lo mío; no tenía pegada. Yo era un niño endeblito", recuerda ahora Ildefonso León Ortega (Jerez de la Frontera, 1928), que cumplirá 72 años el día 1 de julio. Luego cuenta, con evidente satisfacción, cómo el sábado pasado se proclamó campeón de 1.500 metros lisos en el 35º Campeonato de España de Atletismo al aire libre para veteranos, celebrado en Talavera de la Reina (Toledo).No quiso ser boxeador pero la afición al deporte y a la vida sana ya habían prendido en él. J...

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La culpa la tuvo un amigo que lo invitó a practicar el boxeo cuando aún no había cumplido los 16 años. "Aunque aquello no era lo mío; no tenía pegada. Yo era un niño endeblito", recuerda ahora Ildefonso León Ortega (Jerez de la Frontera, 1928), que cumplirá 72 años el día 1 de julio. Luego cuenta, con evidente satisfacción, cómo el sábado pasado se proclamó campeón de 1.500 metros lisos en el 35º Campeonato de España de Atletismo al aire libre para veteranos, celebrado en Talavera de la Reina (Toledo).No quiso ser boxeador pero la afición al deporte y a la vida sana ya habían prendido en él. Jamás ha fumado y, según cuenta, sólo se ha puesto "alegre" bebiendo un par de veces en su vida. Durante muchos años practicó la gimnasia sueca. Hasta que un día le dio por ponerse a correr; acababa de cumplir 59 años.

De aquellos tiempos heroicos de posguerra le queda el entusiasmo por la barra fija. "Aún soy capaz de agarrarme a ella y girar como una noria las veces que hagan falta", comenta. Pero su pasión actual es el atletismo. Ha participado en 12 carreras de maratón en Europa y América. Y con 66 años logró hacer lo que hacen muy pocos. "Con un intervalo de mes y medio participé en el maratón de Orlando (Florida) y en el de Sevilla. Lo suyo sorprende. Su marca en los 42,195 kilómetros es de 3 h. 23' 12" frente a los 2 h. 06' 05" del brasileño Ronaldo da Costa, actual récord del mundo.

Además, en estos 13 años que lleva corriendo, ha sorprendido a propios y extraños. Ha repetido, varias veces, como campeón nacional en varias distancias. "Suelo correr los 800, los 5.000 y los 10.000 metros. Todas las especialidades me gustan", resume.

Ildefonso León ha desempeñado su actividad profesional como administrativo en la base americana de Morón de la Frontera. Ahora, ya jubilado, sigue leyendo y escribiendo todos los días en inglés y estudiando francés, "porque lo había abandonado y quiero ponerme al día con él". Aún así tiene tiempo para ir cuatro horas diarias al gimnasio y correr una media de 70 kilómetros a la semana por los parques sevillanos. A veces se va hasta Alcalá del Río (16 kilómetros) y vuelve.

Ni su mujer, ni los dos hijos que tiene se atreven a criticarle. En su casa ya se han acostumbrado a que se pase la vida corriendo y de acá para allá, compitiendo. Ildefonso es tranquilo, tiene una sonrisa cálida y cuando comenta que entrena con chicas pone cara de pillo. "Eso no lo pongas, eh", protesta, "que luego mis amigos se meten conmigo". Se levanta a las 8.30 y desayuna leche manchada, un zumo y pan con aceite. A mediodía come normal. "Muchos hidratos de carbono y poca carne de cerdo. Mi base es el arroz, la pasta y las patatas". También consume fruta en abundancia y algo de carne. De las medicinas huye como el gato del agua. Jamás ha tenido una gripe. "Estoy inmunizado hasta del catarro".

El fútbol le da un poco igual. "España está cansada y lenta", afirma. Y sobre sus gustos, añade: "Es que si te pones fanático, no te enteras de nada". Por eso él no se ha hecho ni del Sevilla ni del Betis, "para disfrutar mejor del espectáculo". Así que prefiere salir a entrenar con sus nietos, Sergio y Daniel, de 7 y 8 respectivamente, que en cuanto lo ven aparecer le preguntan: "¿Abuelo, hoy qué tenemos, velocidad, o larga distancia?" Y es que ya les ha metido el gusanillo de correr en el cuerpo. Ahora falta saber si la cuestión es genética, o si será suficiente con el buen hacer del veterano campeón.

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