Una celebración poco gentil

El Barcelona ya había ganado. No había tiempo para la reacción. Se había cumplido uno de los dos minutos de prolongación que había anunciado el árbitro auxiliar y el marcador lucía un contundente 0-2. La pelota era del Barça, el Atlético esperaba el pitido final con las manos arriba y el Calderón, consciente de su suerte, al borde de Segunda, guardaba silencio o se iba. Sucedió entonces que Dani cruzó la pelota a Lítmanen y éste se la dejó a Gabri para que empujara a placer y cerrara el partido con un 0-3. Y ocurrió entonces que Van Gaal celebró el suceso como si se tratara del gol decisivo de...

El Barcelona ya había ganado. No había tiempo para la reacción. Se había cumplido uno de los dos minutos de prolongación que había anunciado el árbitro auxiliar y el marcador lucía un contundente 0-2. La pelota era del Barça, el Atlético esperaba el pitido final con las manos arriba y el Calderón, consciente de su suerte, al borde de Segunda, guardaba silencio o se iba. Sucedió entonces que Dani cruzó la pelota a Lítmanen y éste se la dejó a Gabri para que empujara a placer y cerrara el partido con un 0-3. Y ocurrió entonces que Van Gaal celebró el suceso como si se tratara del gol decisivo de la final de la Copa de Europa. De forma aparatosa y gesticulante, sin soltar su libreta, llamando la atención. Y el gesto sonó a de mal gusto. "¿Por qué no puedo celebrar? El día que no pueda celebrar un gol me retiro de esta profesión", se justificó luego.El técnico holandés aseguró que no reparó en el drama del Atlético cuando se dejó llevar por el entusiasmo. Afirmó que su reacción se debió a la calidad de la jugada del 0-3 y a uno de sus protagonistas. "Lítmanen hizo una jugada fantástica. Toda la jugada fue fantástica, combinando pases hasta que Lítmanen, que no estaba en situación de disparar, dejó el balón a Gabri para que marcara". Como con la hierba de Wembley -donde Van Gaal se impresionó más por la tersura de los brotes que por la historia del campo que pisaba-, ayer el entrenador holandés percibió el aspecto menos espiritual de los acontecimientos. No dejó dudas sobre su carácter pragmático. Van Gaal dijo que va siempre "recto", porque cree en "la filosofía del F.C.Barcelona" en relación a las recientes polémicas sobre la renuncia a jugar la semifinal de Copa.

Ahora el Barcelona aspira al título con la esperanza de que hoy el Deportivo pierda ante el Celta: "Nosotros hemos asumido la presión de competir por el título. La manera en que hoy hemos vencido ha sido una forma de traspasar la presión al Deportivo. El Deportivo lo tendrá muy difícil para ganar mañana [por hoy]. Estarán presionados como hoy lo ha estado el Atlético. Llevan muchas semanas presionados. Ya lo avisé yo, que debíamos aprovecharnos de eso". Insistiendo en el término "presión", tan esgrimido por su entrenador, el delantero centro del Barça Dani declaró que su equipo había conseguido el objetivo fijado: "Meter presión al Depor".

El que se mostró más piadoso con el derrotado fue el central holandés Ronald de Boer: "Jugar en este estadio es algo maravilloso. Y me da pena que el Atlético descienda sobre todo por eso, porque esta gente no se merece bajar a Segunda".

Van Gaal argumentó que había prescindido de Rivaldo porque es fiel a su política de las "rotaciones". Un mecanismo de refresco de la plantilla que le ha permitido permanecer en "tres competiciones".