FÚTBOL 34ª jornada de Liga

El Atlético, más cerca de Segunda

El equipo rojiblanco sólo mejoró en la segunda parte, pero cayó ante un Valencia más práctico

Sin aire, completamente exhaustos apuraban el partido ambos equipos cuando de repente apareció "El Piojo", puso la directa, fue dejando atrás rivales en una carrera enloquecida en horizontal hasta que encontró, al borde del área, el destinatario de su carta: Angulo, que golpeó con la izquierda de primeras un trallazo colosal, fuera del alcance de Molina. El gol fue extraordinario, fabricado por los dos hombres más en forma del Valencia, sus dos delanteros, y el tanto marcó una diferencia en el marcador inexistente en el juego, por el que el Atlético mereció mucho más. Pergeñó bien el fútbol el...

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Sin aire, completamente exhaustos apuraban el partido ambos equipos cuando de repente apareció "El Piojo", puso la directa, fue dejando atrás rivales en una carrera enloquecida en horizontal hasta que encontró, al borde del área, el destinatario de su carta: Angulo, que golpeó con la izquierda de primeras un trallazo colosal, fuera del alcance de Molina. El gol fue extraordinario, fabricado por los dos hombres más en forma del Valencia, sus dos delanteros, y el tanto marcó una diferencia en el marcador inexistente en el juego, por el que el Atlético mereció mucho más. Pergeñó bien el fútbol el grupo de Antic, por una banda y por otra, pero demostró, ausente Hasselbaink, una falta gigantesca de puntería. El partido resultó extenuante para ambos conjuntos: al Valencia le pesó el desgaste del martes ante el Lazio; y al Atlético, la penosa clasificación y su esterilidad ante el gol. Que Paunovic no es un goleador quedó sobradamente de manifiesto. Que Valerón debería haber jugado más tiempo, también: todo lo que tocó, trajo peligro a Mestalla. Pero el Valencia está lanzado, y aun jugando mal, tiene una pegada privilegiada con la que perseguir a los cuatro primeros.El Valencia lleva incorporado el contragolpe en los genes y ésa es una conclusión a la que ha llegado irremediablemente Cúper, que ha decidido sacarle partido. Si uno junta en el mismo grupo a Angulo, Mendieta y el Piojo López, lo normal es extraer petróleo del tres contra tres, que es lo que hizo Angulo, con el pase preciso hacia el interior a Mendieta, éste de primeras al Piojo, y el argentino que tiró a romper y rompió.

VALENCIA 2AT. MADRID 0

Valencia: Cañizares; Angloma, Djukic, Pellegrino, Björklund; Mendieta (Sánchez, m. 76), Farinós, Gerard (Albelda, m. 59), Kily González; Angulo y Claudio Piojo López.Atlético de Madrid: Molina; Gaspar, Gamarra, Santi, Capdevila; Aguilera, Hugo Leal, Bjebl (Baraja, m. 67), Solari (Valerón, m. 76); Kiko (Luke, m. 70) y Paunovic. Goles: 1-0. M. 23. Piojo López culmina un contraataque del Valencia. El balón llega al centro del área, Mendieta lo desvía hacia la izquierda donde está el argentino, que para el balón y lanza un gran disparo a media altura, que toca Molina, pero apenas puede desviar. 2-0. M. 90. Jugada de Piojo López, que deja fuera del área de tacón a Angulo para que éste bata a Molina de fuerte disparo. Árbitro: Llonch Andreu. Amonestó a Pellegrino, Hugo Leal, Gamarra, Solari, Angloma y Mendieta. Unos 48.000 espectadores en Mestalla.

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Puesto que no quiere saber nada de su compatriota Fagiani, Cúper ha optado por colocar de lateral izquierdo al central Björklund, y el equipo se resiente gravemente de ello. De ahí nació la onerosa cesión de Björklund a Cañizares que atrapó Aguilera y que no pudo concretar el extremo atlético al ser arrollado por el portero (el árbitro se tragó el penalti). El Atlético, en todo caso, se dio cuenta de la falla y Kiko lanzó a Aguilera por ese flanco un puñado de veces. Siempre, en el uno contra uno, Aguilera se impuso a Björklund. Siempre, sin embargo, Aguilera erró en la finalización: unas veces por disparar mal; otras por centrar para Paunovic, que era lo mismo que enviar al vacío. El conjunto de Antic notaba más que nunca la falta de Hasselbaink: en tal partido como el de ayer se hubiera puesto probablemente las botas.

El encuentro estaba que ni fu ni fa cuando los fondos de Mestalla empezaron a pedir por el descenso del Atlético, mientras que la Tribuna, más prudente, trataba de acallar los gritos de los más jóvenes. Se acordaban los hinchas más veteranos de que el Valencia también hubo de bajar a Segunda en 1986 y el recuerdo no les resultó muy agradable.

El viento racheado afeó el choque, que sólo restallaba ocasionalmente con algún pase en profundidad de Kiko, alguna de las perseverantes internadas de Mendieta, o las dotes de mando de Farinós, que achantó por completo a Hugo Leal. En cuanto a Gerard, no hubo noticias. Desde el partido de su eclosión ante el Lazio, el joven centrocampista catalán ha entrado en una fase de indefinición.

El viento era tan perverso que incluso le hurtó una tarjeta amarilla a Llonch Andreu, que la persiguió sin éxito ante las risas de la grada. Los tres media punta del Atlético comenzaron a funcionar tras la reanudación, sobre todo Solari, que se puso a desequilibrar por el carril del 10. Unas veces dando paso a su poderosa carrera; otras, centrando desde la raya de fondo para que Aguilera disparara a placer, y al larguero. El Atlético se adueñó completamente del balón, pero Kiko expresó toda la impotencia goleadora de su equipo en una jugada en la que remataba, rebotaba, remataba, rebotaba y así hasta tres veces.

En medio de la desesperación valencianista, sólo Djukic conservó su extraordinaria clase para barrer un balón tras otro. Se intuía un gol en cualquier lado, pero más cerca en la meta de Cañizares, que de nuevo estuvo sobresaliente. El equipo de Cúper, exhausto, no daba señales de vida, pero siempre le queda una bala al Piojo, que dribló a casi toda la zaga atlética y Molina repelió por los pelos su disparo. A esa acción replicó un par de veces Valerón, que metió dos pases de gol y tampoco aprovecharon ninguno. Sí lo haría Angulo para el Valencia.

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