Antic se queda sin crédito

Cinco partidos disputados, dos empates y tres derrotas. Ése es el bagaje de Antic en ésta su tercera etapa al frente del Atlético. Pero con ser eso malo, peor pinta tiene la reacción del público que, dado que no hay en el palco nadie al que pedirle responsabilidades, pues los 100 niños que ayer lo ocuparon no tienen culpa de nada, ha optado por aquello de la resignación. O la indiferencia, que de todo hubo en la reacción silenciosa de los 40.000 espectadores que hasta el Manzanares se acercaron, en una tarde de perros, y que de allí se fueron con otra derrota a cuestas.Y lo cierto es que, hast...

Cinco partidos disputados, dos empates y tres derrotas. Ése es el bagaje de Antic en ésta su tercera etapa al frente del Atlético. Pero con ser eso malo, peor pinta tiene la reacción del público que, dado que no hay en el palco nadie al que pedirle responsabilidades, pues los 100 niños que ayer lo ocuparon no tienen culpa de nada, ha optado por aquello de la resignación. O la indiferencia, que de todo hubo en la reacción silenciosa de los 40.000 espectadores que hasta el Manzanares se acercaron, en una tarde de perros, y que de allí se fueron con otra derrota a cuestas.Y lo cierto es que, hasta ayer, los antecedentes alumbraban la figura de Antic. Porque la pasada temporada el serbio cogió al equipo en una situación no tan crítica como la actual, pero sí difícil, a seis puntos de la promoción, tras perder contra el Alavés, el mismo rival que provocó el despido de Ranieri, y tardó cinco jornadas en conseguir una victoria. No hubo quinto malo entonces para Antic, que ganó precisamente ante el Athletic, el mismo rival de ayer, aunque fuera en San Mamés.

Demasiadas casualidades confluían en la trayectoria del técnico serbio, casualidades que saltaron por los aires en el partido de anoche, que deja al equipo a tres puntos de la salvación y, entre otras cosas, con el panorama de enfrentarse al líder, el Deportivo, la próxima semana en Riazor, y al segundo de la clasificación, el Barcelona. Pero más allá de los números, el público del Manzanares se encontró ayer sin nadie a quien silbar. Agradeció el talante de los jugadores y se mantuvo indiferente en cuanto se refiere a Antic, que puso en liza la quinta alineación distinta en los cinco partidos que ha dirigido a un equipo que se muere, mientras la grada muestra alguna que otra pancarta contra el administrador del club, "Rubí, nos has arruinado, ya no tenemos ni estadio", rezaba una de ellas", pero que sobre todo muestra una resignación desconocida.