Entrevista:ANTONIO GÓMEZ RUFOESCRITOR

"Después de la movida, Madrid se ha entristecido"

Los escritores, los periodistas, tienen su pasado escrito. Para bien o para mal. Eso dicen. Y dicen que algunos apenas hablan de su propia historia, de lo que un día escribieron, porque -ya se sabe-, a veces, las cosas que uno dijo ayer, que escribió ayer, sacan hoy colores y vergüenzas. Eso dicen. Así que hay escritores y periodistas que huyen de la memoria que, a veces, es tremenda. Eso dicen.Pero hay también escritores y periodistas, como Antonio Gómez Rufo, que enseñan su pasado, muestran lo que un día escribieron como si lo hubieran escrito hoy mismo. Lo enseñan sin quitar una coma. Tiene...

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Los escritores, los periodistas, tienen su pasado escrito. Para bien o para mal. Eso dicen. Y dicen que algunos apenas hablan de su propia historia, de lo que un día escribieron, porque -ya se sabe-, a veces, las cosas que uno dijo ayer, que escribió ayer, sacan hoy colores y vergüenzas. Eso dicen. Así que hay escritores y periodistas que huyen de la memoria que, a veces, es tremenda. Eso dicen.Pero hay también escritores y periodistas, como Antonio Gómez Rufo, que enseñan su pasado, muestran lo que un día escribieron como si lo hubieran escrito hoy mismo. Lo enseñan sin quitar una coma. Tienen su historia escrita y puesta a limpio, sin borrones. Y hasta la publican en un libro. Tan orgullosos.

Antonio Gómez Rufo -46 años- ha escrito un libro, Escenas madrileñas, en el que habla de su vida y de su historia. Antonio Gómez Rufo es madrileño en ejercicio. Y recuerda todavía cuando, de niño, jugaba en los bulevares del barrio de Salamanca. "Y, sólo de vez en cuando, pasaba un coche".

Este periodista y escritor mira cada día y cada noche ese Madrid de tabernas y de bares de diseño, de pollos peras y jóvenes guapos y airados, la estampa, el trazo fino o grueso que dibuja este Madrid "abierto al amor" y "nido de anarquistas" y "árbol de hoja perenne".

Pregunta. Escritos de toda una vida, ¿no?

Respuesta. No tanto. Pongamos que son escritos de un par de décadas, que siempre queda más fino.

P. Está de moda ahora criticar la movida. ¿Usted también?

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R. Ni hablar. La movida fue pasión. Fue transformar al ciudadano de sujeto cultural pasivo a sujeto cultural activo. Fue decirle: "Usted no sólo puede leer, puede escribir; no sólo puede ver cine, puede hacerlo". Fueron años maravillosos.

P. ¿Y no fue un poco localista?

R. Usted sabe que no. La movida fue convertir Madrid en un escaparate a España, al mundo. Hubo ciudades españolas que, gracias a Madrid, y a un inolvidable profesor Tierno, descubrieron también su propia vida.

P. ¿Y es muy distinto este Madrid de aquel Madrid de entonces?

R. Después de la movida, Madrid se ha entristecido. Y los guardianes quieren meternos en la cama en cuanto se pone el sol.

P. "Cuando se desnuda Madrid", escribe usted...

R. Eso. Es que cuando se pone el sol, cada tarde, es como si Madrid se desnudara por el oeste. Fíjese y verá.

P. Me fijaré, se lo prometo.Por cierto, que lo de Escenas madrileñas recuerda...

R. Ya lo sé, ya... Al libro de Mesonero Romanos. Pero es que a mí me sigue pareciendo un autor fundamental, único sobre Madrid.

P. Entre nosotros: me ha parecido raro que su libro no lleve ninguna dedicatoria. ¿Hay alguna razón?

R. Ahh... Precisamente eso no se lo digo.

Escenas madrileñas. Antonio Gómez Rufo. Ediciones B. Barcelona, 2000.

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