Los jugadores retan a la NBA por grabarles en los vestuarios

La guerra de jugadores y entrenadores contra la NBA con cámaras de televisión y micrófonos como armas arrojadizas ha llegado a los tribunales. De momento al Consejo Nacional de Relaciones Laborales, ante el que el sindicato de jugadores ha presentado una demanda por práctica laboral injusta. Los jugadores alegan que la presencia de micrófonos y cámaras es una injerencia unilateral impuesta por la NBA y exigen un acuerdo negociado, es decir, dinero.

Las cámaras tienen previsto entrar a partir del sábado en los vestuarios de los equipos. Los entrenadores ya pusieron el grito en el cielo a...

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La guerra de jugadores y entrenadores contra la NBA con cámaras de televisión y micrófonos como armas arrojadizas ha llegado a los tribunales. De momento al Consejo Nacional de Relaciones Laborales, ante el que el sindicato de jugadores ha presentado una demanda por práctica laboral injusta. Los jugadores alegan que la presencia de micrófonos y cámaras es una injerencia unilateral impuesta por la NBA y exigen un acuerdo negociado, es decir, dinero.

Las cámaras tienen previsto entrar a partir del sábado en los vestuarios de los equipos. Los entrenadores ya pusieron el grito en el cielo a principios de mes, cuando la NBA les colocó micrófonos en las solapas para dar más realce a los partidos transmitidos por televisión. Era un desesperado intento de recuperar el alrededor del 20% de telespectadores que han dejado de sentarse ante la pequeña pantalla para ver a los Vince Carter, Shaquille O'Neal y Kobe Bryant que no consiguen borrar la memoria de Michael Jordan, el más grande de todos los tiempos. Tan importantes como los marcadores al final del partido son los ratings, y la NBA y las televisiones que han pagado cantidades fabulosas por los derechos de los partidos no están satisfechas con lo que ven.La revuelta de los preparadores hizo dar marcha atrás a la NBA, que retiró las multas de 100.000 dólares (17 millones de pesetas) impuestas a los Raptors de Toronto y a los SuperSonics de Seattle por no aceptar micrófonos, y retiró también los aparatos de las solapas. Ambas partes, sin embargo, acordaron que las televisiones podrían dejar micrófonos en las líneas de fondo e introducirlos en las discusiones de los tiempos muertos. "No me gustaba estar todo el rato con el micrófono", dijo Butch Carter, técnico de los Raptors. "Digo muchas cosas a mis jugadores y no quiero que las repitan o saquen fuera de contexto".

A los jugadores nadie les había pedido opinión, y ahora se alzan contra las pretensiones de la NBA, que consideran una modificación unilateral de las condiciones de su contrato. "La NBA no puede imponer estos cambios sin el acuerdo del sindicato", dice Robert Lanza, abogado de la Asociación Nacional de Jugadores de Baloncesto. "Los jugadores desean hacer más atractiva la experiencia del juego, pero estos cambios sólo puede realizarse previa negociación".

Si la NBA y las televisiones van a sacar beneficio económico de la presencia de micrófonos y cámaras en un área del deporte que hasta ahora tenían vedada, los jugadores quieren una parte del pastel. De momento, alegan que se pone en peligro la intimidad del vestuario, además de temer que los micrófonos se vuelvan contra ellos, al hacer llegar al espectador comentarios y expresiones poco ejemplares. Un jugador ha dicho qué piensan de esta alianza NBA-NBC sus colegas: "En el equipo somos una familia y sería como si pusieran un micrófono en la mesa del comedor. ¿Y qué pasa si salgo medio desnudo por televisión?".

La NBA no ha respondido oficialmente a la demanda de los jugadores, pero un directivo ha declarado que las alegaciones de injerencia unilateral carecen de fundamento. El consejo de relaciones laborales emplea entre seis y ocho semanas para decidir si una demanda debe seguir adelante.

Las cadenas NBC y TNN graban el sonido y lo emiten una vez comprobado que no hay expresiones inconvenientes, en general precipitados comentarios tácticos que parecen interesar más a los espectadores que a los jugadores. Los micrófonos fueron usados por primera vez en el All Star de febrero y los comentarios transmitidos de jugadores y entrenadores eran inocuos. Se pusieron cámaras en los vestuarios, que permitieron escuchar un sorprendente silencio de los deportistas en el descanso.