Un salto hacia la modernidad

El Alavés, que ha rozado esta temporada el segundo puesto y aún se aferra a sus posibilidades de clasificarse para la Copa de la UEFA y, quién sabe, para la Liga de Campeones, dio ayer, pese a la derrota frente a un competidor directo por las plazas europeas, un salto hacia la modernidad. Ese Alavés con vocación continental, que en su época reciente ya lleva cuatro años y siete meses consecutivos en la Liga de Fútbol Profesional (tres años en Segunda y casi dos temporadas ya en Primera) tenía hasta ayer un método arcaico para anotar los goles en Mendizorroza. El marcador (de esos que patrocina...

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El Alavés, que ha rozado esta temporada el segundo puesto y aún se aferra a sus posibilidades de clasificarse para la Copa de la UEFA y, quién sabe, para la Liga de Campeones, dio ayer, pese a la derrota frente a un competidor directo por las plazas europeas, un salto hacia la modernidad. Ese Alavés con vocación continental, que en su época reciente ya lleva cuatro años y siete meses consecutivos en la Liga de Fútbol Profesional (tres años en Segunda y casi dos temporadas ya en Primera) tenía hasta ayer un método arcaico para anotar los goles en Mendizorroza. El marcador (de esos que patrocina Coca-Cola en los campos de Regional) lo manejaba Donato Díaz desde hace 50 años. Ayer, por fin, se estrenaron unos nuevos marcadores electrónicos, de acuerdo con las exigencias del profesionalismo. También estrenó megafonía. Para celebrarlo, el público de Mendizorroza desplegó un mosaico albiazul en el momento en que salieron los equipos al campo, minutos antes de comenzar el encuentro.

Además, el club entregó a Donato Díaz una insignia de oro y brillantes. Se trataba de buscar la forma más espléndida de dar carpetazo a los viejos tiempos y dar la bienvenida a otros más actuales. Pero, casualidad, el mismo día en que el entorno alavesista dio ese salto, su equipo lo retrocedió deportivamente, con la derrota frente al Zaragoza.