Suben una peseta las gasolinas 'súper' y sin plomo
Repsol subió anoche una peseta el precio de la gasolina sin plomo de 98 y la súper de 97, carburante este último que en la Comunidad de Madrid se ha incrementado dos pesetas. El coste de la súper, que en España utilizan en torno a 3,5 millones de usuarios, ya ha aumentado 11 pesetas en lo que va de año. Según fuentes de la primera petrolera española, con una cuota de mercado en la red de distribución del 45%, el precio de la gasolina sin plomo de 95, que representa el 50% del consumo de gasolinas en España, y el del gasóleo automovilístico se han mantenido sin variaciones. El precio máximo de ...
Repsol subió anoche una peseta el precio de la gasolina sin plomo de 98 y la súper de 97, carburante este último que en la Comunidad de Madrid se ha incrementado dos pesetas. El coste de la súper, que en España utilizan en torno a 3,5 millones de usuarios, ya ha aumentado 11 pesetas en lo que va de año. Según fuentes de la primera petrolera española, con una cuota de mercado en la red de distribución del 45%, el precio de la gasolina sin plomo de 95, que representa el 50% del consumo de gasolinas en España, y el del gasóleo automovilístico se han mantenido sin variaciones. El precio máximo de la gasolina sin plomo 95 se queda en las 132,9 pesetas; el de la de 98 octanos sube hasta las 145,9 pesetas, y el de la gasolina súper tradicional de 97 octanos se sitúa en las 140,9 pesetas fuera de Madrid y en las 141,9 pesetas en las estaciones situadas en la Comunidad madrileña. En cuanto al precio del gasóleo, Repsol lo mantiene a un máximo de 112,9 pesetas litro.
Fuentes de Cepsa y BP, que controlan el 25% y el 10% del mercado, respectivamente, aseguraron no haber operado cambios desde la última subida aplicada por ambas el pasado día 16 y añadieron que por ahora no han decidido ninguna subida.
Justamente ayer, el Consejo de Ministros aprobó un real decreto por el que se prohíbe la comercialización, en todo el territorio nacional, de gasolinas con plomo a partir del 1 de enero de 2002, tras la prórroga concedida al Gobierno español por las autoridades comunitarias. A partir de esa fecha, la gasolina con plomo dejará de ser suministrada en las estaciones de servicio españolas. Únicamente se permitirá la comercialización de estas gasolinas, hasta un máximo de 0,5% de las ventas totales, para uso de vehículos antiguos de tipo especial.