Elecciones 2000 Andalucía

El PSOE gana por sexta vez en Andalucía El PP logra sus mejores resultados, IU sufre un nuevo descenso y PA experimenta una leve subida

El PSOE ganó ayer por sexta vez consecutiva, después de 18 años al frente del Gobierno, las elecciones al Parlamento andaluz y mantuvo intactos los 52 escaños logrados en la pasada legislatura, a tres de la mayoría absoluta. Nunca como hasta ayer los socialistas habían tenido tan cerca el aliento del Partido Popular que, con 46 escaños (seis más que en 1996), logró los mejores resultados obtenidos nunca por la derecha en Andalucía. Los andalucistas, que no esperaron a saborear unidos la subida de un escaño en la Cámara autonómica y el regreso al Congreso de los Diputados, fueron los otros triu...

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El PSOE ganó ayer por sexta vez consecutiva, después de 18 años al frente del Gobierno, las elecciones al Parlamento andaluz y mantuvo intactos los 52 escaños logrados en la pasada legislatura, a tres de la mayoría absoluta. Nunca como hasta ayer los socialistas habían tenido tan cerca el aliento del Partido Popular que, con 46 escaños (seis más que en 1996), logró los mejores resultados obtenidos nunca por la derecha en Andalucía. Los andalucistas, que no esperaron a saborear unidos la subida de un escaño en la Cámara autonómica y el regreso al Congreso de los Diputados, fueron los otros triunfadores de la noche electoral. La foto de la derrota la acaparó Izquierda Unida, que sufrió un severísimo retroceso, el segundo consecutivo en unas autonómicas, al bajar de 13 a seis diputados, los peores resultados obtenidos nunca por la federación, incluso cuando se presentó como partido comunista.

El candidato socialista a la presidencia de la Junta, Manuel Chaves, aguantó la ola del PP en todo el Estado, que llevó en volandas a la popular Teófila Martínez, a hacer añicos el techo logrado por Javier Arenas, cuando en 1994 obtuvo 41 escaños. El Partido Andalucista rentabilizó su presencia en el Gobierno autonómico pese a la desquiciante y suicida campaña desarollada por los andalucistas. Los resultados tendrán previsiblemente repercusiones internas en las cuatro formaciones andaluzas.El PSOE no logró movilizar al electorado de izquierdas en Andalucía, pese a sus múltiples acuerdos con fuerzas progresistas de carácter social y político en Andalucía. El acuerdo federal con IU no sólo no sacó de sus casas a los abstencionistas, sino que los retrajo a la hora de ir a votar. Ya desde primeras horas, los datos de participación se revelaron bajos, cuando en 1996 el 77,92% del censo acudió a las urnas. Ayer la participación fue menor que hace cuatro años. El PSOE culpó del descenso al Gobierno central por enfriar la participación.

Los socialistas volvieron a ser los más votados en Andalucía, pero tendrán que buscar en los escaños de Izquierda Unida o del Partido Andalucista para poder formar un gobierno estable. Fue en Andalucía donde el PSOE aguantó mejor el tremendo empuje del PP en todo el Estado, aunque perdió dos de los 32 diputados que tenía en el Congreso en 1996. Anoche, a algunos dirigentes les parecía "fantástico" el resultado, sobre todo, después de la mayoría absoluta lograda por José María Aznar.

Los populares consideraron que los resultados de ayer supusieron un bofetón a la política de confrontación practicada por el Gobierno andaluz de Manuel Chaves. Opinión completamente diferente mantenían los socialistas quienes aseguraban que de no haber sido por el contraste permanente, la avalancha de votos hacia el PP los hubiera engullido.

De lo dicho ayer por el candidato socialista a la presidencia de la Junta, Manuel Chaves, se deduce que preferirá amarrar un acuerdo para los próximos cuatro años y optará por un Ejecutivo de coalición que le garantice una legislatura sin sobresaltos. Sobre todo cuando en Madrid habrá un Ejecutivo sólido y sobrado de votos y una oposición socialista noqueada por su derrota.

Manuel Chaves, al contrario de lo que ha repetido machaconamente Romero, no está, en consecuencia, en ninguna tesitura. El socialista se ha colocado a tres escaños de la mayoría absoluta, pero su partido no le va a mediatizar porque la teoría del sándwich de Romero (Gobierno en Madrid y en los ayuntamientos y no en las autonómicas) se ha quedado en una alejada hipótesis. Chaves pactará con quien quiera sin presión.

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La candidata autonómica del PP, Teófila Martínez, logró ayer los tres objetivos que se había fijado para las comicios autonómicos: evitar la mayoría absoluta del PSOE; superar el techo que fijó Javier Arenas en 1994 (41 escaños) y recortar distancias con Manuel Chaves. El PP consiguió 46 escaños (seis más que en los últimos cuatro años) y una bolsa de votos que se acercaba a los que este partido obtuvo en 1996. La incertidumbre sobre los resultados retrasó la comparecencia de la candidata hasta la una de la madrugada de hoy. Eufórica, Martínez subrayó dos mensajes. Primero, que el PP es la "única alternativa" de Gobierno en Andalucía y segundo, que la "política de la confrontación" no ha funcionado.

Martínez felicitó al PSOE por su victoria en las elecciones autonómicas, pero destacó que "a partir de ahora el panorama político" andaluz ha cambiado. "Tiene que haber otro modo de gobernar, con fórmulas más comprometidas", dijo la candidata del PP, que abogó por una política de cooperación entre las instituciones.

Izquierda Unida no ha sido capaz de ralentizar la caída en picado que inició en 1996. Con una sangría de siete escaños (de 13 a 6), la federación se ha colocado en un nivel inferior incluso al de 1982, cuando obtuvo ocho diputados y algo más del 8% de los sufragios, el peor resultado hasta ayer de su historia en el Parlamento andaluz.

Antonio Romero, el candidato y coordinador regional, se lo había jugado todo a la carta de la alianza con los socialistas en Madrid y la eventualidad de repetirla en Andalucía. A ella confió la capacidad de movilizar a su electorado y recuperar a los abstencionistas. No funcionó. El secretario general del PCA, Felipe Alcaraz, habló en la misma noche de ayer de "afrontar una profunda renovación".

Romero compareció ante la prensa al filo de la una de la madrugada y afirmó, de forma rotunda, que "de momento" no va a presentar su dimisión, aunque elevará un informe a la dirección, que será la que decida "lo que hay que hacer". El candidato lanzó dos mensajes: el reconocimiento de un "fuerte e importante" retroceso y la apertura de un proceso de análisis y reflexión. Pero no avanzó más.

El candidato del partido Andalucista a la presidencia de la Junta, Pedro Pacheco, solicitó ayer, nada más conocerse los resultados de las autonómicas, la dimisión inmediata de gran parte de la cúpula del PA. En opinión de Pacheco, deben irse del partido el secretario general, Antonio Ortega; el secretario de organización, Juan Carlos Soriano, y el responsable de comunicación, Javier Aroca, entre otros. Pacheco denunció que la campaña electoral orquestada desde la dirección del PA ha sido "una cacería indigna" contra él.

El político andalucista afirmó ayer que durante estos últimos 15 días, y también a lo largo de la precampaña, se le han negado los medios para poder batallar en las autonómicas: "No se han gastado ni un duro en mí, se han gastado más en los dirigentes provinciales. Han hecho lo indecible para hacerme fracasar y a pesar de todo he resurgido". Finalmente, Pacheco tendió la mano al PSOE para que el Partido Andalucista vuelva a formar parte del Gobierno.

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