Un hombre se cae en una alcantarilla sin tapa y queda atrapado una hora

Jesús López de la Rica, carpintero de 34 años, pasó la peor hora de su vida el pasado jueves por la noche. Fueron 60 minutos de angustia y agonía dentro de una alcantarilla llena de cieno y agua que carecía de tapa. Allí se coló Jesús cuando caminaba por la avenida Real de Pinto de Villaverde Alto marcando su teléfono célular. En ese agujero permaneció entre las diez y las once de la noche hasta que los bomberos pudieron rescatarle del pozo gracias a su teléfono. Jesús sufre un esguince en el pie, una fisura en la mano y varias contusiones. Pero lo que aún le duele más es el recuerdo de la pen...

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Jesús López de la Rica, carpintero de 34 años, pasó la peor hora de su vida el pasado jueves por la noche. Fueron 60 minutos de angustia y agonía dentro de una alcantarilla llena de cieno y agua que carecía de tapa. Allí se coló Jesús cuando caminaba por la avenida Real de Pinto de Villaverde Alto marcando su teléfono célular. En ese agujero permaneció entre las diez y las once de la noche hasta que los bomberos pudieron rescatarle del pozo gracias a su teléfono. Jesús sufre un esguince en el pie, una fisura en la mano y varias contusiones. Pero lo que aún le duele más es el recuerdo de la penumbra de la alcantarilla. "Llegúe a pensar que me iban a comer las ratas", rememoraba anoche. "Todo pasó porque no pude coger dos autobuses camino de mi casa de Getafe", proseguía. "Entonces, caminé por la calle de la Avenida Real de Pinto marcando el teléfono móvil para pedir que me recogieran. Y de repente me vi dentro de la alcantarilla". Jesús pesa cerca de cien kilos. Su cuerpo orondo quedó hundido a tres metros de profundidad. En la caída, su pie derecho quedó encajado en una tubería del hoyo. "Traté de moverme pero era imposible, no podía salir. Primero grité pero nadie respondía", recuerda, "también intenté sacar el brazo pero no sobresalía. Entoncés alcanzé el teléfono móvil y marqué el 112. Luego me llamaron y di indicaciones de dónde estaba. Vi el resplandor de las sirenas pero no daban conmigo. Al final me localizaron. Fue como ver el cielo".

Los bomberos le extrajeron agarrándole por sus manos. Una ambulancia del Samur le trasladó al Doce de Octubre. Allí tuvo la mala suerte de caerse de la camilla cuando entraba por la puerta de urgencias, por lo que perdió el conocimiento. "Ya tengo un abogado y lo primero que le he dicho es que no se puede consentir que una alcantarilla esté abierta. Lo que yo he pasado no se va a quedar así", sentencia.

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