"La unidad de acción no debe acabar tras las elecciones"
"El Segura sigue sin cauce ecológico y con una tremenda contaminación que no sólo perjudica a la salud física, sino también a la psíquica de quienes miran un río muerto""La derecha gana por el desencanto del votante de izquierda, que se abstiene o vota en blanco. Por eso se ha acogido con ilusión
el acuerdo entre IU y PSOE"
Pilar Tomé es de Orihuela, y siente en carne propia la contaminación del Segura, "un río muerto y abandonado". La candidata de EU por Alicante está convencida de que la abstención es de izquierda, pero "tras el desencanto" sus votantes volverán a las urnas par...
"El Segura sigue sin cauce ecológico y con una tremenda contaminación que no sólo perjudica a la salud física, sino también a la psíquica de quienes miran un río muerto""La derecha gana por el desencanto del votante de izquierda, que se abstiene o vota en blanco. Por eso se ha acogido con ilusión
el acuerdo entre IU y PSOE"
Pilar Tomé es de Orihuela, y siente en carne propia la contaminación del Segura, "un río muerto y abandonado". La candidata de EU por Alicante está convencida de que la abstención es de izquierda, pero "tras el desencanto" sus votantes volverán a las urnas para "evitar" que vuelva a ganar el PP.Pregunta. La provincia de Alicante es diversa. ¿Cómo se plantea colaborar en la solución de sus problemas?
Respuesta. Escuchando las demandas de los ciudadanos y ciudadanas, e intentando que su voz llegue al Congreso.
P. ¿Qué problemas destaca?
R. La contaminación, especialmente la del Segura, que es un río muerto; la incineración de las basuras, que se deberían reciclar para mayor respeto a la naturaleza, y el soterramiento de las vías férreas a su paso por núcleos urbanos. No hay que olvidar que buena parte de esta provincia está incomunicada por tren.
P. ¿Tiene una solución para el Segura?
R. Lo primero, quien contamina debe pagar. Pero no solamente eso, porque se trata de un problema con una trayectoria muy larga. Ya en los años setenta se formó en Rojales un grupo en defensa del río encabezado por José Manuel López; se continuó en los años noventa con la Plataforma Segura Limpio, y hoy se mantiene la lucha. Este gobierno del PP de los últimos cuatro años poco ha hecho para solventar el grave problema. Por La Vega Baja han pasado los más altos dirigentes del PP, desde Zaplana hasta Isabel Tocino, que han hecho muchas promesas pero no han cumplido ninguna. El río sigue sin cauce ecológico, y con una tremenda contaminación de cadmio que no sólo perjudica a la salud física, sino también a la psíquica de quienes miran un río muerto.
P. El AVE ha entrado en campaña. ¿A usted le parece importante su construcción?
R. EU piensa que el AVE no es una prioridad en estos momentos, y pide como prioridad el soterramiento de las vías, que parten en dos muchas ciudades. Soterrar las vías significaría un aprovechamiento urbano importante, porque sobre el suelo liberado se podrían levantar jardines para hacer la ciudad más humana, con mejores comunicaciones entre los barrios, y además se evitarían la contaminación acústica y los acostumbrados accidentes.
P. Alicante no es El Ejido, pero se han registrado problemas con los inmigrantes que quieren regularizar su situación, mientras los sindicatos denuncian un trato indigno.
R. El trato que reciben los inmigrantes en Alicante es malo. El PP no hizo dimitir a su alcalde en El Ejido, que defiende la xenofobia y el racismo y ataca los derechos de quienes intentan tener sus necesidades básicas cubiertas. Otros dirigentes del PP lo han apoyado, y eso es inconcebible. Si en Alicante estallara una protesta semejante, todos los dirigentes políticos tendrían que ponerse a favor de los inmigrantes. La Ley de Extranjería se queda corta, y trata a estas personas como ciudadanos de cuarto orden. En España existe xenofobia con los pobres.
P. ¿Alicante es de izquierda?
R. Sí, como el resto de la Comunidad. Lo que ocurre es que la ciudadanía está desencantada porque no se ha hecho realmente una política de izquierda. El 12 de marzo se demostrará esa realidad social.
P. ¿Por qué gana la derecha?
R. Por ese desencanto del que hablo. La izquierda se abstiene o vota en blanco. Por eso creo que es importante el acuerdo entre IU y PSOE para la unidad de acción. Los electores lo han acogido con ilusión.
P. ¿Hubiera preferido que el acuerdo abarcara las listas al Congreso?
R. Para eso tendríamos que haber ido con nuestras siglas. Una cosa es la unidad de acción, y otra que una fuerza política pierda su identidad. Nosotros tenemos principios irrenunciables, y sabemos que en cuatro años no es posible solucionarlo.
P. ¿Qué ha hecho en estos cuatro años IU-EU para animar a los que se abstienen?
R. Aparcar ciertos temas que eran innegociables y, gracias a la capacidad de Francisco Frutos, conseguir llegar a unos puntos en común que ilusionen al electorado con una verdadera acción de izquierda.
P. ¿El primer paso hacia la alianza?
R. Es un primer paso que no debe acabar después de las elecciones, sea cual sea el resultado. Tiene que haber un antes y un después. La unidad de la izquierda no debe ser una medida puramente electoralista, sino real, por el bien de la mayoría.
P. Ahora todos los partidos son progresistas. ¿Qué le parece?
R. Soy de izquierda. No sé cómo se le ocurre al PP calificarse de centrista si sus dirigentes demuestran a menudo que están en la derecha, cuando no en la ultraderecha. Si eso es el centro, ¿dónde está la virtud? Me río yo de eso.
P. ¿Qué opina de Federico Trillo, el candidato del PP?
R. Que se debería preocupar más por Alicante. Abandera el AVE pero le importa un pepino su trazado, lo que es un desprecio a los que vivimos aquí.
P. ¿Mujeres al poder?
R. Mi partido ha apostado fuerte por la mujer. Mujeres encabezan las listas al Congreso de Valencia y Alicante, y otra mujer es candidata al Senado por Alicante. Sí, mujeres al poder, para conseguir de una vez la igualdad efectiva.
P. ¿Privatizaciones?
R. Ninguna. Defensa del sector público a ultranza. Ningún empresario es tonto, y cuando compra una empresa pública significa que hay negocio. Planteamos estudiar lo que se ha privatizado para que vuelva a manos del Estado.