J. Luis Olivas

José Luis Olivas, vicepresidente primero del Consell, ha conculcado una de las normas no escritas y mejor observadas de la vida pública al referirse innecesariamente a la esfera privada de una diputada. Debió pensar antes que abrir ese melón -el de las relaciones afectivas y de alcoba- puede tener consecuencias insospechadas para muchos individuos, empezando por algunos de sus compadres de partido. ¡Qué temeridad!Segundo Bru, catedrático y candidato al senado por el PSOE, sorprende muy a menudo por sus agudas, cuando no provocativas opiniones. A este último género debe pertenecer la que aboga ...

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José Luis Olivas, vicepresidente primero del Consell, ha conculcado una de las normas no escritas y mejor observadas de la vida pública al referirse innecesariamente a la esfera privada de una diputada. Debió pensar antes que abrir ese melón -el de las relaciones afectivas y de alcoba- puede tener consecuencias insospechadas para muchos individuos, empezando por algunos de sus compadres de partido. ¡Qué temeridad!Segundo Bru, catedrático y candidato al senado por el PSOE, sorprende muy a menudo por sus agudas, cuando no provocativas opiniones. A este último género debe pertenecer la que aboga por la excelencia del hotel (la triste torre) que se proyecta en el solar de los jesuitas de Valencia. A su entender, mejoraría el empaque de la zona así como el tejido humano de la misma. Celebremos que el candidato lo es a la Cámara Alta y no a la alcaldía de la ciudad.

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