El grupo de rock sinfónico Yes presenta hoy en Barcelona su último trabajo

Dicen que las divinidades escriben recto con renglones torcidos. O algo así. Lo que está claro es que en plena revolución del punki nadie hubiese pensado que grupos de rock sinfónico continuasen vivos en el 2000. Pues bien, no sólo siguen existiendo, sino que alguno de sus más genuinos representantes se pasea aún por los escenarios. Es el caso de Yes, banda cuyos clásicos se remontan a comienzos de los setenta -Fragile, Close to the edge- y que pasaron con más pena que gloria por los ochenta para ya en los noventa asomar de nuevo las cabezas en el mercado musical. Por razones obvias, ni Jon An...

Suscríbete para seguir leyendo

Lee sin límites

Dicen que las divinidades escriben recto con renglones torcidos. O algo así. Lo que está claro es que en plena revolución del punki nadie hubiese pensado que grupos de rock sinfónico continuasen vivos en el 2000. Pues bien, no sólo siguen existiendo, sino que alguno de sus más genuinos representantes se pasea aún por los escenarios. Es el caso de Yes, banda cuyos clásicos se remontan a comienzos de los setenta -Fragile, Close to the edge- y que pasaron con más pena que gloria por los ochenta para ya en los noventa asomar de nuevo las cabezas en el mercado musical. Por razones obvias, ni Jon Anderson, ni Chris Squire, ni Alan White, ni Steve Howe lucen en las mismas las melenas que tan populares eran en los setenta, pero su música se ha mantenido prácticamente inalterable. Por eso, esta noche en Zeleste (22.00) se volverá a escuchar rock progresivo, una formulación épica y virtuosista del rock reñida con la simplicidad. Con el refuerzo de savia nueva -Ígor Khoroshev en las teclas y Billy Sherwood en la guitarra-, el núcleo duro de Yes, con su último trabajo, The ladder, promete un espectáculo sofisticado en el que el sonido será uno de los aspectos más cuidados.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
SIGUE LEYENDO

Archivado En