Serra defiende la apertura del PSC a los independientes y dice que continuará Borrell critica el "mercadeo" de gobernabilidad por competencias
Narcís Serra, primer secretario del PSC, afirmó ayer que la política de apertura del partido que se expresa con la incorporación de independientes en sus candidaturas continuará, pese a las críticas que José Borrell lanzó el viernes contra ella. Serra recordó además a Borrell que las candidaturas para las elecciones autonómicas, en las que un tercio de los candidatos eran independientes, fueron aprobadas por unanimidad por el consejo nacional del PSC. Serra pidió que se deje este tipo de debates para después de las elecciones.
Borrell expresó el viernes por la noche, en su primer mitin ...
Narcís Serra, primer secretario del PSC, afirmó ayer que la política de apertura del partido que se expresa con la incorporación de independientes en sus candidaturas continuará, pese a las críticas que José Borrell lanzó el viernes contra ella. Serra recordó además a Borrell que las candidaturas para las elecciones autonómicas, en las que un tercio de los candidatos eran independientes, fueron aprobadas por unanimidad por el consejo nacional del PSC. Serra pidió que se deje este tipo de debates para después de las elecciones.
Borrell expresó el viernes por la noche, en su primer mitin electoral, convocado por la federación de Barcelona del PSC, un sentimiento extendido entre el sector de los cuadros medios del partido, que desconfía de Pasqual Maragall. "No podemos tener un partido para la infantería y luego los generales ir a buscarlos fuera", dijo refiriéndose a la inclusión de independientes. Admitió que se ha presentado como independientes "a gente que está muy bien", pero inmediamente agregó: "Dentro del partido hay muchos que están igual de bien".Los dirigentes territoriales del PSC tuvieron que aceptar en las pasadas elecciones autonómicas que Maragall forzara la inclusión de numerosos independientes en su candidatura, pero ahora están decididos a reafirmar la primacía de la organización y de la militancia en el congreso convocado para el mes de junio. Borrell se ha convertido en el ariete de este sector, que a pesar de que controla absolutamente la organización del partido carece de personalidades políticas de relieve para enfrentarse con Maragall y Serra. En las primarias para candidato a la presidencia del Gobierno, Borrell ganó ampliamente en Cataluña a Joaquín Almunia, pero la dirección del PSC estaba en su gran mayoría en favor de Almunia.
Aquel desencuentro entre la cúpula del partido y los afiliados ha sido mantenido en sordina desde entonces, pero las diferencias subsisten y todo indica que van a expresarse en el congreso del mes de junio. Serra, que ayer clausuró en Barcelona unas jornadas del PSC sobre la economía social, pidió de nuevo que el partido se concentre en ganar las elecciones del 12 de marzo y deje para después los debates sobre otras cosas. "Se lo he pedido al partido y volveré a explicárselo a Borrell y a los demás", afirmó.
Borrell, que ocupa la segunda plaza del PSC en la candidatura por Barcelona, intervino ayer en un mitin en el barrio de San Ildefonso de Cornellà, informa Manuel Torres. Allí encareció a los más de 200 asistentes que intervengan en la política y contribuyan a "defender el poder del Gobierno contra el poder del dinero". Animó a los ciudadanos a comprometerse en política desde las asociaciones de vecinos, los sindicatos, los partidos políticos o las entidades. "Si no, al final, la política será cosa de una élite y perderá fuerza la democracia", añadió.
Borrell mostró su satisfacción por el acuerdo suscrito entre el PSOE e IU, que permite que los partidos de izquierda "si bien no van juntos a estas elecciones, no lo hacen enfrentados". El diputado socialista recordó que cuando aún era candidato del PSOE a la presidencia del Gobierno abogó por gobernar con IU y no con los nacionalistas. En este sentido, criticó los pactos con los partidos nacionalistas, como el de esta legislatura, que se basan en la transacción de competencias por gobernabilidad. A su juicio, "este mercadeo conduce no a una España rota, pero sí a una España deforme".