22ª Jornada de Liga

Guti hace y deshace

Guti volvió a marcar ayer en el Bernabéu. Anotó un cabezazo soberbio, apareciendo en área con la sincronización de un cabeceador de toda la vida para desviar a la red un centro desde la derecha de McManaman. Diez minutos más tarde arriesgó un pase difícil en su campo. Un pase que nunca llegó a Morientes, sino a Urrutia, que centró al área del Madrid para que rematara Etxeberria el gol del empate. Ayer, en su lucha personal contra un público que se le puso en contra hace meses, Guti levantó aplausos y abucheos del Bernabéu.El media punta madridista ha marcado tres goles en un mes y medio. Uno a...

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Guti volvió a marcar ayer en el Bernabéu. Anotó un cabezazo soberbio, apareciendo en área con la sincronización de un cabeceador de toda la vida para desviar a la red un centro desde la derecha de McManaman. Diez minutos más tarde arriesgó un pase difícil en su campo. Un pase que nunca llegó a Morientes, sino a Urrutia, que centró al área del Madrid para que rematara Etxeberria el gol del empate. Ayer, en su lucha personal contra un público que se le puso en contra hace meses, Guti levantó aplausos y abucheos del Bernabéu.El media punta madridista ha marcado tres goles en un mes y medio. Uno ante el Alavés, otro ante el Betis, dos zurdazos de 30 metros, y el tercero, ayer de cabeza. A cada partido que juega se consolida como un jugador indispensable en el esquema del técnico, Vicente Del Bosque. Lleva una ascensión rápida y enrabietada desde que el público del Bernabéu le declaró la guerra en oleadas de pitidos e insultos, el pasado diciembre, en un Madrid-Espanyol. Desde entonces, ha privado de sus autógrafos incluso a sus más fervientes admiradoras adolescentes. Cuando ellas lloran por su favor, después de los entrenamientos en la Ciudad Deportiva, él se limita a pisar un poco más el acelerador de su Porsche rojo sangre. "Voy a convertir los pitidos en aplausos", aseguró, con su habitual arrogancia hace un mes y medio. Al siguiente encuentro de Liga, último antes de Navidades, en Vitoria, metió su primer gol de la temporada de Liga. Con el de ayer, lleva tres. Y tres dedicatorias a su esposa, Arantxa de Benito, ejecutando un ritual sencillo: se besa la alianza y mira a la cámara más cercana para que la lente le lea un "te quiero" en los labios.

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