"Los estudiantes aquí son humanitarios, muy sensibles a la ecología"

Gonzalo Ugidos vino de Bilbao a Madrid a estudiar Derecho y Ciencias de la Información. Aquí ha echado raíces. Cuando cruzaba el ecuador de su carrera, fundó en Madrid una agencia de comunicación y comenzó a foguearse con el periodismo. Fue, quizá, el primer director de una revista femenina, Cómplice, de contenidos hasta entonces inusuales. "Intenté aplicar una fórmula mixta entre Le Nouvelle Observateur y Madame Figaro, pero no resultó", admite Ugidos. "Tengo tendencia a hacer obras de autor, no de mercado", ironiza con una sonrisa. Conversador, inquieto y apasionado por el conocimiento y las...

Gonzalo Ugidos vino de Bilbao a Madrid a estudiar Derecho y Ciencias de la Información. Aquí ha echado raíces. Cuando cruzaba el ecuador de su carrera, fundó en Madrid una agencia de comunicación y comenzó a foguearse con el periodismo. Fue, quizá, el primer director de una revista femenina, Cómplice, de contenidos hasta entonces inusuales. "Intenté aplicar una fórmula mixta entre Le Nouvelle Observateur y Madame Figaro, pero no resultó", admite Ugidos. "Tengo tendencia a hacer obras de autor, no de mercado", ironiza con una sonrisa. Conversador, inquieto y apasionado por el conocimiento y las ideas, exhibe un criticismo acorde con sus responsabilidades universitarias: dirige el Gabinete de Comunicación de la Universidad Complutense, a la que llegó como asesor del rectorado hace siete años.Pregunta. Desde que llegó a la Complutense, ¿ha apreciado cambios en el estudiantado?

Respuesta. Sí. Los estudiantes gozan hoy de una mayor preparación instrumental en lo que se refiere a conocimientos de informática e idiomas; pero, por contra, tienen menor formación crítica y humanística.

P. ¿A qué obedece?

R. Hombre, eso no parece hablar bien de nuestra enseñanza media. Sin embrago, creo que lo más importante es que los estudiantes poseen un exceso de información mientras se da una incapacidad manifiesta para navegar por ese magma de datos y de cifras e interpretarlo convenientemente.

P. ¿Qué salida ve a este problema?

R. La pregunta que muchos estudiantes se hacen hoy es ¿cómo me lo monto?, cuando, de salida, la pregunta a plantearse sería ¿qué debo hacer yo?

P. El estudiantado madrileño, ¿presenta alguna particularidad?

R. Creo que, por vivir en una megalópolis, los madrileños son realmente cosmopolitas. En otras latitudes, los jóvenes son refractarios a la movilidad, se encuentran más apegados a lo pertenencial, a lo propio. Pero en Madrid, a los estudiantes les gusta mucho viajar, desplazarse y conocer otros sitios. Además, son muy sensibles al humanitarismo y a la ecología.

P. ¿Por qué?

R. Tal vez porque las ideologías han sido sustituidas por actitudes basadas en el compromiso inmediato, tanto para defender la vida de un niño desnutrido del Sahel como la de un árbol o un animal en peligro de extinción.

P. Los estudiantes suelen sacar poco provecho de las redes de servicios o prestaciones que las universidades les brindan. ¿Existe ese fenómeno en la Complutense hoy?

R. Hay algunas inercias.

P. ¿A qué se deben?

R. Los planes de estudios tienen secuestrados a muchos estudiantes: les impiden hacer una vida plena. Hay trimestres hasta con doce asingaturas. Muy pronto se prohibirá que superen el número de seis.