Camarasa revela las malas relaciones entre Cúper y la plantilla del Valencia

A pesar de haber descendido al Valencia B para echar una mano a un filial agónico en Segunda B, Paco Camarasa, de 32 años, sigue sintiéndose el capitán del Valencia. Y así lo consideran sus compañeros, que cuentan con él para las decisiones relevantes. Le avalan sus 19 años en el club, desde que entrara con 13 años. Se trata de un capitán en la sombra que habla con la claridad que le permite la distancia: ¿Qué le pasa al Piojo? "Que no está contento. Pero no es sólo él, sino que es algo generalizado en el vestuario y sobre todo en los pesos pesados. Está fallando el trato humano", dice Camaras...

Suscríbete para seguir leyendo

Lee sin límites

A pesar de haber descendido al Valencia B para echar una mano a un filial agónico en Segunda B, Paco Camarasa, de 32 años, sigue sintiéndose el capitán del Valencia. Y así lo consideran sus compañeros, que cuentan con él para las decisiones relevantes. Le avalan sus 19 años en el club, desde que entrara con 13 años. Se trata de un capitán en la sombra que habla con la claridad que le permite la distancia: ¿Qué le pasa al Piojo? "Que no está contento. Pero no es sólo él, sino que es algo generalizado en el vestuario y sobre todo en los pesos pesados. Está fallando el trato humano", dice Camarasa en alusión al técnico, Héctor Cúper. "No hay alegría en el vestuario. Son cosas que pasan dentro y que no se pueden contar", añade Camarasa, que entiende sin embargo que Claudio Ranieri, al que también critica por su falta de tacto humano, sí tuvo una habilidad para ganarse a los pesos pesados: Ilie, el Piojo López, Mendieta... Todos ellos están a disgusto en estos momentos. De hecho, la implacable estadística que sitúa al Piojo López como el jugador que más fueras de juego comete de la Liga con una gran diferencia sobre el resto, es un indicio, según Camarasa, de su falta de compromiso.

Más información

Para Camarasa, que fue 14 veces internacional y jugó el Mundial de EE UU en 1994, no hay mejor terapia en un vestuario que la risa. Son célebres las chanzas de Camarasa, Serer y Giner (ahora en el Levante), tanto en el Valencia como en la selección. El ex seleccionador Javier Clemente cerró de un portazo su habitación cuando al abrirla vio a un monstruo horrible bajo el que se escondía Giner. El yugoslavo Pedja Mijatovic hubo de ser atendido de un susto de muerte aquel día que iba a acostarse en la habitación del hotel que compartía con Quique Flores; éste le pidió a Pedja que le sacara un pantalón que tenía en el armario, y de repente, de ese ropero, saltó Giner disfrazado con una careta y una manta. Cada 31 de diciembre, además, estos entusiastas de la broma compraban 100 merengues para lanzárselos unos a otros dentro del vestuario.

Camarasa ha jugado los tres últimos partidos en el filial y el Valencia B ha abandonado el último puesto. Camarasa ha aportado su principal virtud, la serenidad. La tranquilidad de este defensa que no siente ninguna frustración por haber descendido dos categorías: "Me ha tocado vivir esto y estoy haciendo lo que me gusta en mi equipo de siempre". Que no el de su padre, que fue capitán del Levante cuando éste ascendió a Primera en 1963.

Archivado En