Ranieri ordenó pelotazos a Molina para evitar el medio campo

Molina sería un portero al borde de un ataque de nervios si no fuera por su experiencia y un carácter asentado que le permite manejarse con torería en las situaciones difíciles. Ayer el Rayo no paró de crearle problemas. Unas dificultades que se agravaron porque el portero del Atlético no hace más que cumplir ciegamente la orden que le da su entrenador, Claudio Ranieri. En su empeño por hacer del fútbol un ejercicio frontal, el técnico manda a Molina que envíe a Hasselbaink todos los saques de puerta. Ayer, más que nunca. Porque el de Vallecas es un campo que lo requiere, según dijo Ranieri: "...

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Molina sería un portero al borde de un ataque de nervios si no fuera por su experiencia y un carácter asentado que le permite manejarse con torería en las situaciones difíciles. Ayer el Rayo no paró de crearle problemas. Unas dificultades que se agravaron porque el portero del Atlético no hace más que cumplir ciegamente la orden que le da su entrenador, Claudio Ranieri. En su empeño por hacer del fútbol un ejercicio frontal, el técnico manda a Molina que envíe a Hasselbaink todos los saques de puerta. Ayer, más que nunca. Porque el de Vallecas es un campo que lo requiere, según dijo Ranieri: "Aquí no se puede jugar en el centro del campo; porque ellos te pueden robar el balón y en dos pases te montan un contragolpe y te marcan un gol. Así que más que nunca, Molina tenía que mandar el balón a Jimmy, arriba".Molina cumplió religiosamente. Y el balón, sistemáticamente, terminó en poder del adversario porque Hasselbaink estaba demasiado solo. Pero órdenes son órdenes, y Molina las ejecutó. Por esa vía llegó el gol del Rayo. Michel II opinó que la intención de Ranieri estaba justificada: "Ya sabíamos que teníamos que marcar a Hasselbaink cada vez que Molina tuviera el balón; porque desplaza la pelota muy rápido y con mucha precisión y si te descuidas te organiza un contragolpe".

Al cuarto saque de portería, los centrales del Rayo ahogaron al solitario Hasselbaink, y recuperaron el balón. Cembranos pisó el área, y Gamarra tocó la pelota con la mano. Penalti y gol del Rayo.

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