Protestas tras la muerte de una mujer en un paso a nivel de Granada

Vecinos de la localidad granadina de Cerrillo de Maracena, un barrio anejo a la capital, expresaron ayer sus protestas por la falta de vallas de seguridad que aíslen las vías del tren a su paso por el barrio. Las protestas se producen después de que una mujer, Antonia Fernández, de 34 años, muriere arrollada por el tren regional Granada-Baeza.Los vecinos, que han anunciado que realizarán manifestaciones de protesta y cortes de la vía ferroviaria, llevan años reclamando el aislamiento de las vías del tren, que pasan prácticamente por el centro del anejo. La inseguridad aumenta ya que los raíles...

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Vecinos de la localidad granadina de Cerrillo de Maracena, un barrio anejo a la capital, expresaron ayer sus protestas por la falta de vallas de seguridad que aíslen las vías del tren a su paso por el barrio. Las protestas se producen después de que una mujer, Antonia Fernández, de 34 años, muriere arrollada por el tren regional Granada-Baeza.Los vecinos, que han anunciado que realizarán manifestaciones de protesta y cortes de la vía ferroviaria, llevan años reclamando el aislamiento de las vías del tren, que pasan prácticamente por el centro del anejo. La inseguridad aumenta ya que los raíles se encuentran a escasos metros de un colegio y los niños suelen cruzarlos a diario.

La muerte de Antonia Fernández se produjo a las 14.00 horas del pasado viernes cuando la mujer intentó atravesar la vía sin percatarse de que en ese momento circulaba un tren.

La Policía Científica de Granada confirmó ayer que se trató de un accidente cuando la mujer cruzó por una zona no permitida. Los vecinos del barrio se quejan de que a diario muchas personas se ven obligadas a cruzar las vía.

El accidente registrado en la zona del Cerrillo de Maracena no es el primero. Uno de los siniestros más graves se produjo hace una década cuando tres residentes de un centro psiquiátrico que se encontraba cerca de las vías del tren murieron arrollados por el paso de un ferrocarril. Las investigaciones concluyeron que las tres personas, con deficiencias psíquicas, se habían quedado dormidos sobre los raíles. Desde entonces, los vecinos reclaman fórmulas urbanísticas que impidan el acceso a la zona de tráfico ferroviario.

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