FÚTBOL

"No tenemos nada que reprocharnos"

Guardiola antepone la actitud del equipo a la actuación de las individualidades dada la capacidad de Brasil para jugar a la contra

Por lo que representa, por lo que se le supone, por el puesto que ocupa y el rango que tiene, a Guardiola siempre se le exige un punto más que a cualquier otro. El sábado leyó el partido con la soltura de siempre, pero por la manera que lo interpretó se dedujo que le faltó lucidez, finura, aquella sensibilidad, aquel sentimiento, que únicamente él sabe darle al juego. Futbolista expresivo por naturaleza, frente a Brasil se le vio más funcionarial que atrevido, más dispuesto a tocar para las bandas que a enganchar con Raúl, basculando ante Rivaldo, mejorando lo justo cada pelota. "Hay días ...

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Por lo que representa, por lo que se le supone, por el puesto que ocupa y el rango que tiene, a Guardiola siempre se le exige un punto más que a cualquier otro. El sábado leyó el partido con la soltura de siempre, pero por la manera que lo interpretó se dedujo que le faltó lucidez, finura, aquella sensibilidad, aquel sentimiento, que únicamente él sabe darle al juego. Futbolista expresivo por naturaleza, frente a Brasil se le vio más funcionarial que atrevido, más dispuesto a tocar para las bandas que a enganchar con Raúl, basculando ante Rivaldo, mejorando lo justo cada pelota. "Hay días en que uno no se siente tan fino como otros y entonces no expone tanto", admite. "Me encontré bien físicamente, jugué a gusto, tuve una buena comunicación con Valerón, pero no arriesgué tanto en el pase, no sólo por sentirme mejor o peor sino porque cada pérdida de balón podía ser una ocasión de Brasil."De la importancia de su juego posicional y capacidad para saber lo que conviene en cada jugada, quedó constancia cuando Camacho le mantuvo en el campo hasta el final. Guardiola se quedó con tres conceptos del partido. Uno: la selección de Camacho tiene una propuesta de juego inequívoca, irrenunciable, incluso ante Brasil: "Es un equipo muy fuerte al que el entrenador exige que apriete siempre arriba, que juegue en campo ajeno", relata. "Está prohibido especular y jugar para no ir a ningún sitio. Todo debe tener un sentido".

Dos: "La base es sólida y los conceptos están asimilados. El nivel del equipo es fiable", tanto que puede acceptar que más de un jugador esté por debajo de las exigencias. Habiendo juntado tantos futbolistas talentosos, el desarrollo del encuentro depende más del acierto y estado de gracia del jugador que de su actitud. "Frente a Brasil", recuerda Guardiola, "nos faltó el gol para coronar los puntos álgidos del partido: la primera media hora y el arranque del segundo tiempo". El grupo es, además, mejorable, con Hierro, para darle salida a la pelota desde atrás, y Fran, que puede ayudar en la elaboración del juego por la izquierda. El recuerdo de la asociación Valerón-Guardiola-Fran-Raúl ante Austria es permanente.

Y tres: "Brasil es hoy una selección consistente que prefiere contraatacar a elaborar", apunta Guardiola. "Jugaron preferentemente con las pelotas que nosotros perdimos. Parapetados en el físico de Emerson, practican un fútbol directo, a partir de un 4-2-2-2, todos muy juntos y con las bandas libres para los laterales. Había que medir cada acción: o ibas a buscarles en bloque o te pillaban en una contra que desarrollan de forma individual". Examinado lo uno y lo otro, Guardiola entiende que, "siendo exigentes como somos con nosotros, no tenemos nada que reprocharnos".

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