El Madrid da un correctivo al Estudiantes

Un espléndido Madrid hizo añicos al Estudiantes y por primera vez en esta temporada cuajó una actuación redonda. En un terreno especialmente motivante para algunos de sus jugadores, el Madrid despachó a su gran rival con una actuación convincente, en algunos momentos demoledora y que dio al fin una buena medida de sus posibilidades. Esto fue posible sobre todo porque Brent Scott respondió a las críticas con un partido soberbio, dominante y decisivo. La primera jugada del partido fue significativa y premonitoria. El ataque de Estudiantes hizo llegar la pelota a Reyes, que buscó la canasta con s...

Un espléndido Madrid hizo añicos al Estudiantes y por primera vez en esta temporada cuajó una actuación redonda. En un terreno especialmente motivante para algunos de sus jugadores, el Madrid despachó a su gran rival con una actuación convincente, en algunos momentos demoledora y que dio al fin una buena medida de sus posibilidades. Esto fue posible sobre todo porque Brent Scott respondió a las críticas con un partido soberbio, dominante y decisivo. La primera jugada del partido fue significativa y premonitoria. El ataque de Estudiantes hizo llegar la pelota a Reyes, que buscó la canasta con su fortaleza habitual. Scott no sólo aguantó la primera embestida, sino que al final le colocó un gran tapón. Desde ese momento, el norteamericano se convirtió en el amo de los aros. Reboteó arriba y abajo, dejó a Reyes en su mínima expresión y posibilitó que el Madrid armase varios contraataques que le otorgaron ventaja y tranquilidad (14-26, minuto 10). Ayudado por Struelens, que tambien maniataba a Vandiver, la zona blanca se convirtió en terreno prohibido para Estudiantes, por lo que tuvo que echar mano de sus tiradores exteriores, que no estaban para muchas fiestas. Visto su porcentaje de tres puntos (6 de 21), para ninguna. Con Scott y Struelens empleándose con fiereza y ganando la partida a sus rivales, el resto quedaba en manos del talento exterior. Y eso le sobra al Madrid. Primero fue Djordjevic, que sin hacer ruido dirigió y anotó. Luego llegó Alberto Angulo, el tiro más fulgurante de la Liga, ya repuesto de su falta de puntería. Y casi siempre estuvo Herreros, iluminado y satisfecho de responder a lo de pesetero clavando triples. Durante toda la segunda parte, cada vez que Estudiantes se acercaba, surgía la mano de alguno de los Albertos para no dejar que las cosas se complicasen más de lo justo. El partido fue un poco atípico para lo que se estila en estos derbies. Sobre todo en lo que se refiere a Estudiantes, que no pareció entrar en calor salvo con la aparición de Gonzalo Martínez, que dejó el encuentro abierto en el descanso (35-41). Pero el efecto Martínez duró poco. Ante el primoroso rendimiento del Madrid, Estudiantes sacó a relucir buena parte de sus defectos. Le faltan repuestos en los pívots, sus tiradores, a la espera de la reaparición de Thompson, no son suficientemente fiables y cuando no se emplean con la chispa que les caracteriza se convierten en un equipo menor. Sólo se salvó Carlos Jiménez, el único que a pesar de su desventaja en altura supo disputar los rebotes al Madrid. 15 rebotes y 13 puntos fue la tarjeta de visita de un jugador al que sólo le falta un poco más de agresividad en el juego de ataque para convertirse en una estrella. Poca cosa ante el Madrid soñado por Scariolo.