Entrevista:

"Los madrileños son cosmopolitas y de natural soñador"

Ricardo Guinea nació en Manresa, cerca de Barcelona, hace cuatro décadas. Desde pequeñito quiso ser ilusionista. Descubrió así la hipnosis y su fascinación por ella le llevó a la lectura precoz de Freud. Tenía diez años. A partir de entonces, germinó en él una profunda vocación por el estudio de la mente. También amaba sobremanera la música. Aprendió a tocar la armónica y la guitarra. Compuso canciones. Años después, en Zaragoza, inició estudios de Medicina para especializarse en Psiquiatría. Se hizo, además, psicoanalista. Hoy ejerce en el Hospital de Día de Madrid. De natural emprendedor, Gu...

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Ricardo Guinea nació en Manresa, cerca de Barcelona, hace cuatro décadas. Desde pequeñito quiso ser ilusionista. Descubrió así la hipnosis y su fascinación por ella le llevó a la lectura precoz de Freud. Tenía diez años. A partir de entonces, germinó en él una profunda vocación por el estudio de la mente. También amaba sobremanera la música. Aprendió a tocar la armónica y la guitarra. Compuso canciones. Años después, en Zaragoza, inició estudios de Medicina para especializarse en Psiquiatría. Se hizo, además, psicoanalista. Hoy ejerce en el Hospital de Día de Madrid. De natural emprendedor, Guinea es además presidente la Asociación Alonso Quijano, organización no gubernamental que integra a ex pacientes, familiares y profesionales de la Medicina unidos por el propósito de mejorar las condiciones de vida de las gentes que han pasado por experiencias psiquiátricas graves. Con todo, médico, psicoanalista y presidente de ONG, no olvida nunca su música: con el conjunto estable Richie Guinea Group, acaba de editar su primer disco, Maqueta de una ciudad. "Soy un cantautor eléctrico", dice de sí mismo.Pregunta. Muchas actividades para un solo hombre.

Respuesta. No hay más remedio. Hay que dar salida a lo que llevamos dentro.

P. ¿La música, los deseos quizá?

R. Exactamente. El psicoanálisis nos ayuda a identificar nuestros deseos. P. ¿Cómo?

R. Haciéndolos aflorar desde el inconsciente, mediante la palabra.

P. En una urbe como Madrid, ¿es posible cabalgar sobre los deseos propios sin dañar los de los demás?

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R. Sí. Tras hacerlos emerger, hay que desechar los que son incompatibles con los ajenos, elegir nuestros mejores deseos y realizarlos. Eso es vivir. Si uno se lo toma en serio, tiene ante sí una tarea apasionante.

P. La construción de su propia biografía.

R. Sí.

P. ¿Y si descubre que no es Napoleón?

R. Todos los días se averigua quién es realmente uno mismo. Cada cual es un ser único.

P. Si somos únicos, ¿cómo puede el psicoanálisis generalizar sus conocimientos?

R. Aunque se trate de una relación individualizada, todos los humanos estamos relacionados con el lenguaje.

P. En su condición de psicoanalista ¿cómo ve a los madrileños y las madrileñas?

R. Son seres cosmopolitas, de natural soñador.

P. ¿No hay en Madrid demasiado sufrimiento gratuito?

R. Unas 40.000 personas padecen dolencias mentales.Sus familiares, que habitualmente sufren un intenso estrés, suman cien mil personas. Desde hace veinte años se ha avanzado mucho en este combate, pero en el ámbito infanto-juvenil, en Madrid queda casi todo por hacer. Hay que mejorar la rehabilitación psicosocial de los pacientes crónicos y cuidar la motivación profesional.

P. ¿Qué recomendaría a los madrileños?

R. Que vivan.

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