GOLF Ryder cup

EE UU frente a los europeos atrevidos

Los norteamericanos son favoritos una vez más en la Ryder Cup, que comienza hoy

Atribuladas y cabizbajas, las tropas golfísticas norteamericanas abandonaron derrotadas el campo de Valderrama hace dos años con una frase en los labios y las voluntades: "nunca más". Los considerados mejores jugadores del mundo acababan de ser derrotados por segunda vez consecutiva por un puñado de animosos jugadores europeos. Han pasado dos años y, como entonces, en el jueves previo al comienzo de las hostilidades de la Ryder Cup un solo mensaje domina el ruido ambiente: los mejores jugadores del mundo, esto es los norteamericanos, encabezados por la octava maravilla del mundo mundial, esto ...

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Atribuladas y cabizbajas, las tropas golfísticas norteamericanas abandonaron derrotadas el campo de Valderrama hace dos años con una frase en los labios y las voluntades: "nunca más". Los considerados mejores jugadores del mundo acababan de ser derrotados por segunda vez consecutiva por un puñado de animosos jugadores europeos. Han pasado dos años y, como entonces, en el jueves previo al comienzo de las hostilidades de la Ryder Cup un solo mensaje domina el ruido ambiente: los mejores jugadores del mundo, esto es los norteamericanos, encabezados por la octava maravilla del mundo mundial, esto es el Tigre, se disponen a aniquilar a un puñado de atrevidos jugadores europeos, quienes, única novedad, se aprestan a enarbolar la novena maravilla del mundo mundial, esto es el Niño de Castellón llamado Sergio García.Son los partidos de la 33ª Ryder Cup, la competición de golf que opone cada dos años a una selección de 12 jugadores estadounidenses frente a 12 europeos. Desde 1979, cuando, gracias al impulso de Ballesteros y Langer, la selección se hizo europea (antes competía sólo Gran Bretaña), Estados Unidos ha ganado únicamente la mitad de las ediciones, cinco. Y un capitán estadounidense no ha levantado la Copa desde 1993.

Uy, qué miedo, qué de nombres. Estados Unidos: Tiger Woods, número uno del mundo, sólo 23 años, el mejor de la década y, dicen, también el que nos ha metido en el siglo XXI. David Duval, novato en cuestiones Ryder pero número dos del mundo, sólo tiene 27 años y usa gafas porque sus sensibles ojos sufren con el polen. Payne Stewart, el Bruce Willis en bombachos, también le da bien este año, cuando ya tiene 42, y ha ganado su tercer grande, el Open de Estados Unidos. Davis Love III, el niño bien más amado. Mark O'Meara, el veterano amigo del Tigre, a la baja, sin embargo, tras ganar dos grandes el año pasado. Hal Sutton, otro viejo repescado: esto es el circuito americano: ni gana ni pierde pero suma dólares. Justin Leonard, otro de 27 años, de la generación que piensa que todos los viejos son viejos. Jim Furyk, un Hal Sutton con 12 años menos. Phil Mickelson, Hugh Grant en zurdo, también menos de 30 años y también blandito. Jeff Maggert, Tom Lehman, Steve Pate: tres más como Sutton o Furyk. Más miedo: qué números: entre los 12, cada uno con la afirmación de su individualidad a cuestas, 11 victorias en torneos de Grand Slam, 132 torneos de circuito, 23 participaciones en Ryder Cups, pero sólo cuatro jugadores (Stewart, dos veces, Love, O"Meara y Pate) saben lo que es ganarla. El capitán se llama Ben Crenshaw y es conocido como el amable Benjamín.

Oh, pobrecitos, adónde van. Europa. Colin Montgomerie, el escocés que se pone colorado cuando se enfada (muy a menudo). Lee Westwood, el inglés grandote, el nuevo Faldo sin grandes aún y cuñado de Coltart. Daren Clarke, un norirlandés que ha caído en manos de Butch Harmon, el gurú que ha enseñado al Tigre a mover las caderas con swing. Paul Lawrie, el bonachón escocés que estaba ahí, al lado de su casa, para ganar el Open Británico. Miguel Ángel Jiménez, malagueño de 35 años: "Me lo he currado mucho para estar aquí". José María Olazábal, 33 años, dos Masters de Augusta, el último hace sólo cinco meses, casi imbatible en la Ryder cuando era pareja con Ballesteros. Jarmo Sandelin, un excéntrico. Finlandés hecho sueco. Jesper Parnevik, un excéntrico sueco. Jean van de Velde, un excéntrico francés que hizo lo necesario, un triple bogey en el 18, para perder un imperdible Open Británico (Paul Lawrie pasaba por ahí). Padraig Harrington, un irlandés bonachón. Andrew Coltart, cuñado de Westwood. Sergio García, El Niño. El capitán se llama Mark James. Tiene sentido del humor y mostacho de sheriff del Oeste. Le llaman Jesse James.

Oh, qué mono. El campo. The Country Club. Lo más chic al norte de Nueva York. Greens pequeños, "como pañuelos de papel", que dice Van de Velde. Los espectadores amantes de sensaciones fuertes tendrán hoy su primera dosis de espectáculo: Sergio García contra Tiger Woods, sí. Será en el segundo partido de la modalidad en que dos jugadores por equipo comparten la misma bola en golpes alternos, a las 7.45 de la mañana (13.45 en España). El Niño, formando pareja con Parnevik, se enfrentará al Tigre, a quien complementará el veterano Tom Lehman. Antes, a las 7.30, el partido inaugural del torneo, el que enfrente a Montgomerie-Lawrie y Duval-Mickelson. El tercero, a las 8.00: Jiménez-Harrington contra Love-Stewart. A las 8.15: Westwood-Clarke contra Maggert-Sutton. Cuatro jugadores por selección se quedarán de espectadores en la jornada matinal. Uno de ellos es Olazábal, en una situación insólita para él. Olazábal, bajo de forma tras una lesión, ya le dijo al capitán James el domingo pasado que no armaría un escándalo, que no consideraría una afrenta quedarse de reserva en estos primeros duelos.

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