NECROLÓGICAS

Jordi Llimona, capuchino catalanista y antifranquista

El capuchino Jordi Llimona falleció ayer, a los 75 años, a causa de un cáncer, en el convento de esa orden religiosa en Barcelona. Jordi Llimona, nacido en Barcelona el 27 de mayo de 1924, tuvo gran notoriedad en la lucha contra el régimen franquista, en la que se destacó por su participación en la caputxinada, en 1966, cuando diversos grupos antifranquistas se reunieron bajo la protección de la Iglesia para evitar la actuación policial.

Jordi Llimona defendió la separación entre el poder civil y el religioso, asunto que recogió en su libro Església i Estat, en el que tam...

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El capuchino Jordi Llimona falleció ayer, a los 75 años, a causa de un cáncer, en el convento de esa orden religiosa en Barcelona. Jordi Llimona, nacido en Barcelona el 27 de mayo de 1924, tuvo gran notoriedad en la lucha contra el régimen franquista, en la que se destacó por su participación en la caputxinada, en 1966, cuando diversos grupos antifranquistas se reunieron bajo la protección de la Iglesia para evitar la actuación policial.

Jordi Llimona defendió la separación entre el poder civil y el religioso, asunto que recogió en su libro Església i Estat, en el que también propugnaba la libertad dentro de la Iglesia. Sus ideas le acarrearon problemas con los poderes civil y eclesiástico.

El religioso y escritor era hijo del pintor Rafael Llimona y nieto del escultor Josep Llimona. Jordi Llimona, que siempre estuvo fascinado por la figura de san Francisco de Asís, ingresó en la orden de los capuchinos en 1943 y se ordenó sacerdote en 1950.

En 1951 fue nombrado director del Centro Filosófico de Olot (Garrotxa), cargo que ocupó durante seis años y en el que comenzó a desarrollar sus ideas religiosas y políticas.

El sacerdote fallecido era un apasionado del Concilio VaticanoII. Reivindicaba la actualización del lenguaje religioso, e incluso se preguntaba por qué la mujer no puede acceder al sacerdocio, además de defender una mayor participación de las mujeres en la Iglesia. Entre 1957 y 1959 estudió teología en Roma, y a su regreso a Barcelona fue director de los estudios de teología del centro de los capuchinos en el barrio barcelonés de Sarrià.

En el ámbito político, Jordi Llimona era un apasionado defensor de Cataluña, de su lengua y de su cultura, además de estar en contra del régimen franquista y de tener un compromiso social y de izquierdas que le llevó a ser uno de los fundadores del Partit dels Socialistes (PSC). Esa actividad política le valió estar siempre vigilado por las autoridades, y llegó a pisar la cárcel.

El funeral del sacerdote, que el pasado mes de julio recibió la Cruz de Sant Jordi, se celebrará hoy en el convento de los capuchinos de Barcelona.- EL PAÍS Alfredo Bojalil Gil, el último superviviente de Los Panchos

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