El PI aprueba su disolución, tras su fracaso electoral en las pasadas municipales

El PI (Partit per la Independència), fundado hace tres años por Pilar Rahola y Àngel Colom a partir de una escisión de Esquerra Republicana (ERC), aprobó ayer su disolución. La decisión fue tomada en una asamblea celebrada en Barcelona a la que asistieron 157 militantes. 113 aprobaron la disolución del partido, 16 se abstuvieron y 28 votaron a favor de mantener el PI y concurrir a las elecciones del próximo 17 de octubre. El PI se disuelve tras el fracaso electoral del pasado 13 de junio. Mientras que ERC subía en la mayoría de localidades, el PI sólo obtuvo 12.000 votos y 16 concejales.
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El PI (Partit per la Independència), fundado hace tres años por Pilar Rahola y Àngel Colom a partir de una escisión de Esquerra Republicana (ERC), aprobó ayer su disolución. La decisión fue tomada en una asamblea celebrada en Barcelona a la que asistieron 157 militantes. 113 aprobaron la disolución del partido, 16 se abstuvieron y 28 votaron a favor de mantener el PI y concurrir a las elecciones del próximo 17 de octubre. El PI se disuelve tras el fracaso electoral del pasado 13 de junio. Mientras que ERC subía en la mayoría de localidades, el PI sólo obtuvo 12.000 votos y 16 concejales.

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La asamblea de ayer no fue un acto político, en un sentido estricto. Fue más una reunión de ex combatientes que evocan el pasado con nostalgia. Pero el horno no estaba para bollos y las ganas de charla se acabaron pronto. Tanto que, pese a que el partido había alquilado los locales hasta las ocho de la tarde, al mediodía se dio el duelo por despedido, visto y oído que ya no había nada más que decir. La asamblea aprobó la creación de una comisión liquidadora que resuelva las cuestiones administrativas y económicas pendientes. Hubo algunas intervenciones de contenido claramente político, pero fueron las menores. Entre ellas, la del propio Àngel Colom, que aprovechó la ocasión para convocar a los ya ex militantes a participar en una asamblea a celebrar dentro de dos semanas. El objetivo de Colom es promover una fundación dedicada a realizar estudios y acciones que favorezcan la independencia de Cataluña y que actúe como grupo de presión, paso previo a su reingreso en la política a través de otro partido, hipotéticamente Convergència Democràtica. El hasta ayer presidente del difunto PI fue muy claro: "No descarto volver a la política militando en otro partido, pero aún es muy pronto para ello". De momento, Colom anunció que en breves días hará pública su intención de voto en las elecciones autonómicas del próximo 17 de octubre. Àngel Colom aseguró ayer que confiaba en que la mayoría de ex dirigentes del PI se adheriría a la fundación que propone. También dejó muy claro que no pretendía promover una nueva "Crida". Rahola, que sigue siendo diputada en el Congreso, no se sumará a la fundación promovida por Àngel Colom. En los últimos meses, ambos dirigentes han evolucionado en direcciones divergentes. Mientras Colom se acercaba al pujolismo a pasos agigantados, Rahola se aproximaba a la corriente que fomenta la unidad de la izquierda en torno a Pasqual Maragall. Rahola no ha decidido aún qué hará con el acta de diputada. Ayer evitó hacer declaraciones, ni siquiera hizo un discurso ante los asistentes a la asamblea de disolución del partido. Su intención, según fuentes cercanas a la diputada, era lograr que el acto de ayer fuera lo más tranquilo posible. A partir de ahora se centrará en su futuro que puede pasar por volver a la actividad privada o seguir con la actividad política a través de las plataformas cívicas que promueven un Gobierno de izquierdas en Cataluña. Pilar Rahola ha sido, durante los últimos cuatro años, teniente de alcalde en el Ayuntamiento de Barcelona, donde ha participado en el gobierno de la ciudad al lado de Pasqual Maragall, primero, y de Joan Clos, más tarde. A lo largo de este tiempo, durante el que se produjo la escisión que la apartó de ERC, Pilar Rahola ha mantenido la fidelidad al pacto firmado en 1995, pese a los cantos de sirena que le recordaban que su voto era decisivo para que los socialistas continuaran en la alcaldía y que podía favorecer una moción de censura que acabara con esta situación.

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