A Canal le vino grande Johnson

El joven cuatrocentista español se vio desbordado por la calidad del campeón

Quienes le frecuentan, dicen que Canal tiene tanta ingenuidad cuando compite que no se deja impresionar por nadie. Con 20 años apenas se ha medido con las estrellas de la prueba de 400 metros. Cuando lo ha hecho, siempre se ha caracterizado por el desparpajo. Hace algún tiempo corrió contra el gran Roger Black en la Copa de Europa. Black es una leyenda del 400. Tres veces campeón de Europa y buque insignia entre los británicos, los mejores de Europa en la vuelta a la pista. "¿He corrido todo lo que he podido y no he podido ganar a ese tío?", dijo Canal después de aquella carrera. "¿Pero no sab...

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Quienes le frecuentan, dicen que Canal tiene tanta ingenuidad cuando compite que no se deja impresionar por nadie. Con 20 años apenas se ha medido con las estrellas de la prueba de 400 metros. Cuando lo ha hecho, siempre se ha caracterizado por el desparpajo. Hace algún tiempo corrió contra el gran Roger Black en la Copa de Europa. Black es una leyenda del 400. Tres veces campeón de Europa y buque insignia entre los británicos, los mejores de Europa en la vuelta a la pista. "¿He corrido todo lo que he podido y no he podido ganar a ese tío?", dijo Canal después de aquella carrera. "¿Pero no sabes que es Black?", le respondieron. "¿Y a mí qué?", dijo Canal.Con la misma ingenuidad participó el pasado año en los Campeonatos de Europa. Y lo bordó. Llegó a la final y se convirtió en el futuro del 400 en España. Sin embargo, ayer quedó preso de Michael Johnson, el mejor cuatrocentista de la historia, un hombre cuya sola presencia impone a sus rivales. Canal corrió por la quinta calle, con la referencia de Johnson por delante. Había dos teorías. Podía servirle de estímulo o podía sentirse aplastado anta un atleta que es capaz de hacer 45,10 segundos al trotecito. La respuesta se vio muy pronto. Canal se vio desbordado por Johnson. En la salida, el estadounidense aceleró con la suavidad de un ferrari y abrió un hueco imponente con respecto al español, que se sintió conmocionado. La referencia de Johnson desapareció como una centella. Canal le vio tan lejos que se hundió a ojos vista. Sus primeros 150 primeros metros fueron terribles. Remaba en mar abierto y se veía superado por todo el mundo. Reaccionó tarde, en la segunda parte de la prueba, con el pescado vendido.

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Tenía tanta gente por delante que no había manera posible de entrar en la final. Mientras tanto, Johnson se daba un paseíto. Sus últimos 70 metros fueron disuasorios. Mientras el estadounidense frenaba hasta casi pararse, el resto de sus rivales echaba el bofe para conseguir un puesto entre los cuatro primeros. Canal lo intentó sin ningún éxito. Había perdido sus oportunidades en la primera parte, cuando actuó como un juvenil. Y casi lo es.

Su eliminación no signfica otra cosa que otro paso en el aprendizaje de una carrera temible, una prueba donde las distracciones se pagan tanto como los excesos. Canal se distrajo por la impresión que le produjo un mito del atletismo. Pero su futuro es excelente. Ningún otro atleta español se acerca ni de lejos al récord de Gaietá Cornet, el único que ha bajado en nuestro país de 45 segundos (44,98s). Por lo que parece, Canal es el hombre destinado a batir ese récord. Calidad tiene. Entrenamiento, el justo. Está arrancando y aprendiendo de días como ayer.

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