CICLISMO Tour

¿Quién manda aquí?

Los principales directores se inclinan por una gran alianza para tener la carrera bajo control

Un Tour sin patrón es una novedad y también una tentación para los aventureros, que sueñan con una carrera abierta, sin control, sin equipos que se sientan responsables de llevar al pelotón en perfecto estado de formación. A los históricos les viene a la memoria el éxito del francés Roger Walkowiak en el Tour de 1956, quien se benefició de una larga escapada y logró aguantar el maillot amarillo hasta el final, o el mismo Chiapucci en 1990, metido en una fuga que se le escapó de las manos a todos. Chiapucci terminaría ese Tour en segunda posición, obligando a LeMond a un esfuerzo extra p...

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Un Tour sin patrón es una novedad y también una tentación para los aventureros, que sueñan con una carrera abierta, sin control, sin equipos que se sientan responsables de llevar al pelotón en perfecto estado de formación. A los históricos les viene a la memoria el éxito del francés Roger Walkowiak en el Tour de 1956, quien se benefició de una larga escapada y logró aguantar el maillot amarillo hasta el final, o el mismo Chiapucci en 1990, metido en una fuga que se le escapó de las manos a todos. Chiapucci terminaría ese Tour en segunda posición, obligando a LeMond a un esfuerzo extra para superarlo. Así las cosas, ¿se siente alguien responsable de imponer el orden? ¿habrá rienda suelta? ¿O se llegará a un acuerdo en forma de gran alianza? Ya nadie le puede pedir cuentas al Telekom, el gendarme del pelotón en los dos últimos años. No está Ullrich, aunque tengan a Zabel para competir con Cipollini. Sin embargo, los equipos de sprinters sólo toman la responsabilidad en los últimos kilómetros, no son formaciones de largo alcance. "No recuerdo un Tour como éste, sin un patrón definido", dice Serge Parsani, director del Mapei. "En principio les toca a ellos, los del US Postal, establecer el orden, tendrán que hacer algo. Nos obligará a estar atentos todos los días porque me temo que sea más posible establecer grandes diferencias en una etapa aparentemente intrascendente que en las de montaña". Parsani hace las cuentas que muchos tienen en la cabeza: dado el listado de presuntos aspirantes, no parece haber de momento ningún escalador sublime capaz de hacerse con una gran ventaja en los puertos. Y hay que tener en cuenta que este Tour presenta una novedad: hay bonificaciones (20, 12 y 8 segundos) en todas las etapas excepto las contrarrelojes.

"Nosotros podemos colaborar, pero no vamos a aceptar llevar el peso de la carrera", responde Johan Bruyneel, director del US Postal, el equipo de Lance Armstrong, un equipo que ha logrado situar a cinco corredores entre los 20 primeros. Bruyneel quiere ir poco a poco con Armstrong, pero también sabe que tanto Cipollini como Zabel necesitan algo más que dos victorias al sprint para alcanzar el liderato (Cipollini está a 48 segundos del líder y Zabel a 44). Su oferta de colaboración es un hecho, su interés por mantener durante algunos días más el liderato del norteamericano, también.

Establecer el acuerdo parece sencillo. Los directores hablan de coche a coche, se hacen algunos gestos, probablemente asentirán con la cabeza e, inmediatamente, darán la orden pertinente. Un corredor español ya se lo temía ayer antes de comenzar la etapa: "Ya verás, habrá acuerdo y me tocará currar". Normalmente, vista la coincidencia de intereses, comenzará pronto el reclutamiento: bastarán dos corredores por equipo para formar una buena compañía de guardianes en la cabeza del pelotón. Si funciona bien, habrá mucha gente que lo deje para otro día. Claro está que, si no funciona, puede haber sus más y sus menos: habrá que ver entonces si hay desertores.

"No hay mucho que discutir", irrumpe Javier Mínguez. "Los propios corredores se van a dar cuenta de ello. Hay un líder en cada equipo y muchos aspirantes, sabedores de lo que se juegan. Sin querer nos vamos a juntar con casi 40 corredores dispuestos a que haya orden en carrera. Sumemos: US Postal, Banesto, ONCE, Cofidis, Rabobank. Tranquilos que la carrera no va a ir descontrolada". "Hay muchos intereses que coinciden, muchas posibilidades de hacer aliados", sostiene Juan Fernández, del Festina. "Por ética, US Postal tendrá que tomar el mando, pero no va a estar solo". Manolo Saiz sigue la misma línea: "Va a estar demasiado controlada, nadie va a querer perder sus aspiraciones", como Bernard Quilfen, del Cofidis: "El Tour empezará en la montaña", o Álvaro Pino, del Kelme, "A mí si me llaman, colaboro, me interesa llegar a la montaña sin sufrir una avería".

¿Nadie querrá entonces buscar la aventura?, ¿se aceptará sin oposición el consenso entre los aspirantes? No hay que fiarse demasiado: el mismo director que ordena a dos corredores que colaboren con los demás, daba ayer una recomendación a otros dos: "Estar atentos a cualquier escapada, meteros en cualquier grupo que se forme por delante". Mediada la jornada, el US Postal estaba en perfecta formación al mando de la carrera. Apenas se habían registrado incidencias. Todos respiraron tranquilos por un día: el Tour ha comenzado en orden y concierto.

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