Entrevista:

"No tengo intención de abandonar el espacio público"

Pregunta. ¿Qué les diría a esos electores de izquierda descorazonados que se han abstenido o que han castigado a los socialistas votando a otras opciones, y que temen un largo periodo de la derecha en la Generalitat? Respuesta. Siempre soy optimista. Todos tenemos la obligación de trabajar. En mi caso, que haya vuelto a la vida privada no significa que vuelva a la clandestinidad. No tengo intención de abandonar el espacio público. Pienso colaborar activamente en manifestaciones culturales, en plataformas y movimientos progresistas de carácter cívico, aunque no desde posiciones partidarias. Po...

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Pregunta. ¿Qué les diría a esos electores de izquierda descorazonados que se han abstenido o que han castigado a los socialistas votando a otras opciones, y que temen un largo periodo de la derecha en la Generalitat? Respuesta. Siempre soy optimista. Todos tenemos la obligación de trabajar. En mi caso, que haya vuelto a la vida privada no significa que vuelva a la clandestinidad. No tengo intención de abandonar el espacio público. Pienso colaborar activamente en manifestaciones culturales, en plataformas y movimientos progresistas de carácter cívico, aunque no desde posiciones partidarias. Por otra parte, hay miles y miles de valencianos que pensamos lo mismo y estaremos atentos a la evolución de los partidos. Habrá un desgaste del PP porque es imposible sostener mucho tiempo tanta ficción exenta de políticas concretas. Todos tendremos que colaborar, procurando no minar la confianza en el partido socialista y en otros partidos de la izquierda. Lo que pasa es que los responsables de los partidos tendrán que hacer su trabajo, y hacerlo bien. Tendrán que ganarse a amplios sectores ciudadanos y cambiar de talante. Un par de declaraciones de estas últimas semanas no ayudan nada. Si yo fuera un intelectual valenciano sin compromiso partidario, repasaría varias veces la declaración sobre Ramon Lapiedra que leí con estupor. P. ¿No le da la impresión de que algunos socialistas se han instalado en la defensa un tanto simple de la integridad de España? R. Me han preocupado algunos de los aspectos del discurso de Felipe González durante la campaña, así como del de Bono, de Francisco Vázquez o de Rodríguez Ibarra. Creo que sus posiciones se compaginan mal con la estructura social, con los cambios y con el modelo federal hacia el que indefectiblemente caminamos. Puede pasar que esa actitud se mantenga y haga que el PSOE esté en la oposición o que en las próximas elecciones, el partido socialista gane, por desgaste del partido en el gobierno y no por la ilusión generada. A mí me gustaría que ganara el PSOE porque ha sabido conformar una propuesta integradora, que no sirva sólo de Toledo para abajo sino para toda España y que realmente encaje en esos supuestos federales. Sería, en definitiva, avanzar en un esfuerzo que el PSOE ha hecho durante el último año y medio. Yo doy mucha importancia al documento aprobado en el comité federal del año pasado, que es un documento histórico. P. Hablemos de documentos. ¿Por qué hay tanta alergia en el PSOE al debate teórico? R. Sigo pensando que el discurso laborista ofrece argumentos muy válidos. Lo he seguido y pienso que los socialistas españoles se equivocan cuando lo desechan demasiado alegremente. P. Sobre todo, rechazan la Tercera Vía. R. Detrás de las propuestas laboristas hay muchos años de reflexión teórica por parte de mucha gente. El propio Anthony Giddens se ha referido a las críticas a la propuesta laborista. Más allá del nombre, -Tercera Vía es una denominación que ha utilizado gente muy dispar-, recomiendo que la lean despacio, sobre todo los dirigentes socialistas, y que estén atentos a lo que han hecho los socialistas en Holanda, en Suecia, en Alemania. P. Comente usted algunas afirmaciones de Giddens en la Tercera Vía. Por ejemplo: "El estado del bienestar crea hoy casi tantos problemas como resuelve". R. No sólo lo dice Giddens. Es el tema que más reflexiones ha suscitado en Europa en los últimos años. Lo que está quedando claro es que el Estado del bienestar tiene que ser revisado precisamente para que sea viable. Nadie discute que, donde el Estado del bienestar está más desarrollado, hay más justicia social y, en cambio, donde se han aplicado políticas neoliberales, sucede lo contrario. Ahora bien, asumir una defensa a ultranza es un error. Te encastillas, y el búnker siempre es la antesala de la derrota. P. El nuevo modelo de partido "abierto, a través del cual una diversidad de grupos puede presionar a favor de sus demandas". R. Una buena parte de la recuperación de la confianza en la política vendrá por la redefinición del funcionamiento de los partidos y, sobre todo, de las vías de participación de los ciudadanos en la toma de decisiones políticas. Ahí creo que la sociedad va más deprisa que los partidos. P. El posmaterialismo, según el cual "los ciudadanos se preocupan más por la calidad de sus vidas". R. El padre de esa idea es Inglehart. Plantea algo evidente. Hay preocupaciones, en algunos grupos sociales, como la libertad sexual, el papel de la familia, el aborto, las cuestiones ambientales, el consumo... Los nuevos valores están ahí. No estaría de acuerdo en que por ello es más sutil la frontera entre derecha e izquierda. En eso soy más partidario de las tesis de Norberto Bobbio. No comparto la postura de Tony Blair cuando se sitúa en la izquierda del centro. En este final de siglo, está muy clara la diferencia entre izquierda y derecha. La derecha establece unas políticas de ingresos y unas prioridades de gastos totalmente distintas de las de la izquierda.

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