El PI no supera su naufragio electoral y afronta su disolución para antes del verano

El Partit per la Independència (PI) no ha superado su bautizo electoral y no tendrá reválida: la dirección independentista estudiará hoy mismo la disolución del partido escindido de Esquerra Republicana (ERC) en 1996, que según coincidieron en señalar fuentes del partido, se llevará a cabo antes del verano ante la imposibilidad de asumir los costes de funcionamiento cotidiano. El carisma de Àngel Colom y Pilar Rahola se ha revelado insuficiente para ni tan siquiera mitigar un desastre electoral que la mayoría de dirigentes ya intuía.

No por anunciada fue menos dolorosa la derrota sin pa...

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El Partit per la Independència (PI) no ha superado su bautizo electoral y no tendrá reválida: la dirección independentista estudiará hoy mismo la disolución del partido escindido de Esquerra Republicana (ERC) en 1996, que según coincidieron en señalar fuentes del partido, se llevará a cabo antes del verano ante la imposibilidad de asumir los costes de funcionamiento cotidiano. El carisma de Àngel Colom y Pilar Rahola se ha revelado insuficiente para ni tan siquiera mitigar un desastre electoral que la mayoría de dirigentes ya intuía.

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No por anunciada fue menos dolorosa la derrota sin paliativos que el PI sufrió el domingo. El partido de Àngel Colom, el hombre que a principios de los noventa hizo irrumpir el independentismo en el panorama político catalán, y de Pilar Rahola, la mujer que condujo de nuevo a ERC al Congreso de los Diputados y al Ayuntamiento de Barcelona, fue literalmente barrido en las elecciones municipales y europeas del pasado domingo, con el 0,44% de los votos. Rahola, Colom y el resto de militantes encajaron el golpe como pudieron, felicitando a los vencedores, y se dieron un día de margen para reflexionar. La reunión de la dirección del PI está convocada para hoy y mañana; Colom dará cuenta de los acuerdos en conferencia de prensa. Las principales caras públicas del PI guardaron ayer un prudente silencio, aunque varios dirigentes significativos dieron por hecho que la disolución del PI es sólo cuestión de días o, como mucho, de semanas. "Tenemos sólo dos opciones: o bien liquidamos el PI inmediatamente o bien buscamos una fórmula para mantenerlo formalmente, pero liquidarlo de facto. Está claro que no podemos hacer más sacrificios", explicó un miembro de la dirección. Varios dirigentes de peso coincidieron ayer en señalar que acudirán a la reunión del comité de gobierno del PI con la propuesta de dar por concluida la vida del partido, tanto si ello supone la disolución formal como si no. Sea cual sea la decisión que se adopte, las mismas fuentes señalaron que, personalmente, no se sienten con ánimo de emprender nuevas aventuras y volverse a presentar bajo la plataforma del PI. "El PI se acabó", admite un estrecho colaborador de Colom. Además, la apremiante situación financiera exige celeridad en el proceso de disolución. El revés electoral del domingo ha tenido como consecuencia directa el empeoramiento de la ya difícil situación financiera del partido, que ha perdido los cargos institucionales relevantes en los ayuntamientos, en la Diputación de Barcelona y en la entidad metropolitana. Los problemas económicos obligan a la dirección del PI a tomar la decisión de disolver la formación antes del verano, según reconocen sin ambages destacados dirigentes. La derrota en las elecciones no ha cogido por sorpresa a la dirección del PI, que desde el mismo momento de la ruptura con ERC intuyó que su proyecto no tenía posibilidades de afianzarse. Incluso Pilar Rahola sabía que no tenía ninguna posibilidad de mantener el acta de concejal al frente de las siglas del PI, según explican fuentes no oficiales de la formación independentista. Las mismas fuentes explican que Colom estuvo a punto de arrojar la toalla al menos en dos ocasiones durante la precampaña, pero al final los dirigentes mantuvieron sus candidaturas, a pesar de saber que carecían de posibilidades reales de acceder a las instituciones. "No presentarnos hubiera sido deshonesto; ahora tenemos por lo menos la conciencia tranquila", explica un miembro del consejo nacional del partido. "Hemos sido coherentes hasta el final", asegura otro dirigente. Divergencias La breve existencia del PI se ha caracterizado, además, por las divergencias estratégicas entre los dos principales líderes de la formación. Así, Àngel Colom ha abanderado siempre la creación de un frente patriótico, lo que supone un acercamiento a las posiciones de Convergència i Unió (CiU). A finales del año pasado, los nacionalistas llegaron incluso a lanzar una OPA sobre la formación de Colom, que se pospuso ante el cambio del calendario electoral previsto inicialmente. En cambio, Pilar Rahola se ha integrado como teniente de alcalde en el gobierno de la izquierda plural del Ayuntamiento de Barcelona y siempre ha defendido el acercamiento inequívoco del PI hacia las posiciones progresistas y el polo que trata de articular el socialista Pasqual Maragall.

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