El PP se replantea su estrategia y subrayará su oposición ideológica al nacionalismo catalán

El leve retroceso que experimentó el Partido Popular (PP) en las elecciones del domingo pasado en Cataluña tendrá como primera consecuencia un giro del discurso del partido, que hasta ahora se centraba en intentar capitalizar la gestión del Gobierno de José María Aznar para atraer a electores tradicionales de Convergència i Unió (CiU). El presidente regional, Alberto Fernández Díaz, afirmó ayer que considera abierta la precampaña de las autonómicas y mostró las líneas maestras que seguirá la formación en los próximos meses: subrayar su papel de baluarte contra las tesis nacionalistas de CiU....

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El leve retroceso que experimentó el Partido Popular (PP) en las elecciones del domingo pasado en Cataluña tendrá como primera consecuencia un giro del discurso del partido, que hasta ahora se centraba en intentar capitalizar la gestión del Gobierno de José María Aznar para atraer a electores tradicionales de Convergència i Unió (CiU). El presidente regional, Alberto Fernández Díaz, afirmó ayer que considera abierta la precampaña de las autonómicas y mostró las líneas maestras que seguirá la formación en los próximos meses: subrayar su papel de baluarte contra las tesis nacionalistas de CiU.

Nadie en el PP se atreve a hablar oficialmente de fracaso, pero nadie es tampoco capaz de disimular la decepción por los resultados del domingo: a pesar de que los conservadores gobiernan en España, la dirección que encabeza Fernández Díaz no ha logrado superar el listón de 1995, cuando Aleix Vidal-Quadras regía el partido en Cataluña. El PP catalán ha perdido casi 80.000 votos en estos comicios con respecto a 1995, lo que supone un retroceso porcentual del 1,3%. Este descenso ha significado la pérdida de cuatro concejales, a pesar de que el PP presentaba un centenar de listas más que hace cuatro años. Especialmente significativa ha sido la pérdida de votos en Barcelona -50.000- y el resultado en localidades emblemáticas de la Cataluña interior, donde el PP ha retrocedido pese a haber moderado su mensaje con respecto a la línea que siguió Vidal-Quadras. Así, el partido ha perdido concejales, por ejemplo, en Girona, Manresa, Lleida, Vic y Berga. Fernández Díaz puso el acento en que los resultados "consolidan" al partido en Cataluña, si bien admitió que quedaban por debajo de lo esperado: "No negaré que nos hubiera gustado crecer, pero casi todos los demás partidos también hubieran deseado otros resultados", aseguró. No obstante, el resultado es doblemente desalentador para el PP: ha perdido 80.000 votos y, además, ha sido incapaz de aprovecharse del descenso de CiU, a pesar de que era una de sus grandes prioridades estratégicas. Ambos factores siembran también dudas sobre el alcance real del efecto que puede tener la incorporación al PP catalán del ministro portavoz, Josep Piqué, quien se ha implicado activamente en la campaña catalana. Fernández Díaz pidió que los resultados se analicen sólo en clave municipal. En su opinión, los electores juzgaron estrictamente la gestión de los consistorios y no tuvieron en cuenta los factores ideológicos a la hora de decidir el voto. En cambio, el ex presidente del partido en Cataluña Aleix Vidal-Quadras achacó la "inflexión a la baja" del partido en Cataluña a una estrategia que ha "desdibujado" el perfil de alternativa a CiU. La dirección catalana del PP evitó la presencia de Vidal-Quadras en la campaña electoral catalana para evitar que su mensaje interfiriera en el mensaje moderado del partido. El líder del PP catalán y candidato a la presidencia de la Generalitat desveló ayer que el discurso del partido ante los comicios de otoño se orientará en presentar al PP como único baluarte contra el nacionalismo de CiU y del resto de partidos, que, a su juicio, comparten las premisas nacionalistas de Jordi Pujol. "En esta legislatura nos hemos quedado orgullosamente solos contra las tesis nacionalistas", explicó. Fernández Díaz fue claro al explicar que, a diferencia de las elecciones municipales, los comicios autonómicos son el marco para "confrontar modelos alternativos de sociedad" y avanzó que basará su campaña en el combate al nacionalismo catalán. A su juicio, ello supone dar prioridad, por ejemplo, a aspectos como la identidad, su rechazo a la política lingüística de la Generalitat, a la iniciativa de selecciones deportivas catalanas y a la reapertura del debate sobre el techo del autogobierno.

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