Reportaje:

Los extranjeros no quieren votar... casi

El 13 de junio se consideraba un barómetro para medir el interés de los residentes comunitarios por participar en la vida política local. A tenor de los que han cumplido el trámite para acudir a las urnas, la motivación es más bien baja. Sólo 9.265 de los 36.313 europeos que podían votar en Málaga han manifestado su intención de elegir a sus munícipes, aunque en el caso de las elecciones al Parlamento europeo la cifra es aún menor: 8.076. Apenas una cuarta parte de los que podían ejercer el derecho al sufragio. Los datos han causado cierta decepción porque la jornada electoral era un día espe...

Suscríbete para seguir leyendo

Lee sin límites

El 13 de junio se consideraba un barómetro para medir el interés de los residentes comunitarios por participar en la vida política local. A tenor de los que han cumplido el trámite para acudir a las urnas, la motivación es más bien baja. Sólo 9.265 de los 36.313 europeos que podían votar en Málaga han manifestado su intención de elegir a sus munícipes, aunque en el caso de las elecciones al Parlamento europeo la cifra es aún menor: 8.076. Apenas una cuarta parte de los que podían ejercer el derecho al sufragio. Los datos han causado cierta decepción porque la jornada electoral era un día especial para estos extranjeros: por primera vez podían ser candidatos y participar de manera generalizada en unas elecciones. Con estos números en la mano, los residentes comunitarios habilitados para votar no llegan ni al 1% del censo de españoles (que en la provincia asciende a 977.691) cuando los europeos que viven en Málaga representan el 3,5% de la población. Una parte insignificante Como estos extranjeros están concentrados en localidades costeras muy puntuales, como Mijas o Torrox, allí el colectivo podría haber tenido la llave del gobierno local. Podría, en pasado, porque sólo una parte insignificante de los residentes comunitarios ha cumplido con los trámites para votar. En Mijas, por ejemplo, suman 10.926 y representan un tercio de la población, pero sólo el 8% (886) del total de europeos residentes ha solicitado participar en los comicios. Otro tanto ha ocurrido en Torrox. Allí, estos extranjeros ascienden a 2.587, la cuarta parte del censo, pero apenas el 5% (136) quiere ejercer el derecho al sufragio. En Nerja es donde han demostrado más interés por participar: una tercera parte de los 1.481 residentes comunitarios (que representan el 12% del censo) quiere votar. Tampoco son numerosos como candidatos. De los 5.898 personas que aspiran a una concejalía en los 100 municipios de Málaga, sólo 28 son extranjeros: 11 del Partido Popular, 10 de Izquierda Unida, 4 del PSOE y el resto, independientes. Ninguno se presenta como cabeza de lista. Con más de 50.000 electores comunitarios, Andalucía es la segunda región en número de ciudadanos de la Unión Europea (UE) después de la comunidad valenciana. A estas cifras hay que añadir unos mil noruegos que aunque no pertenecen a la UE, pueden votar en función de acuerdos bilaterales. Málaga aporta el grueso de los electores comunitarios al censo andaluz: más de 37.000. No en vano es, después de Alicante, la segunda provincia española con mayor número de europeos residentes. La experiencia que se vivirá el 13-J tiene rodaje. En 1994 hubo 4.615 extranjeros residentes en la comunidad que manifestaron su intención de elegir representantes al Parlamento europeo. No hay datos de cuántos votaron después. Un año más tarde, en virtud de acuerdos bilaterales, se censaron 611 nórdicos para participar en las municipales. Paradójicamente, en esa convocatoria se quedaron fuera los comunitarios porque España no traspuso a tiempo la directiva europea que recogía ese derecho.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
SIGUE LEYENDO

Archivado En