FÚTBOL Final de la Copa Inglesa

Marcha triunfal del Manchester

El equipo de Alex Ferguson se impone al Newcastle con facilidad, pese a las ausencias

El Manchester alcanzó con éxito el segundo objetivo de una temporada que se promete histórica. Ganó la final de Copa al Newcastle seis días después de conquistar el título de Liga. Sólo le queda el último y más grande desafío: la final de la Copa de Europa frente al Bayern de Múnich. Mientras le llega el momento cumbre, el Manchester sigue firmísimo a pesar de lesiones, ausencias y fatigas. Ventiló la final de la Copa inglesa con un centro del campo parcheado con jugadores procedentes de otros posiciones. Butt no jugó. A Keane le lesionó el alemán Hamann en el primer minuto del encuentro. Sin ...

Suscríbete para seguir leyendo

Lee sin límites

El Manchester alcanzó con éxito el segundo objetivo de una temporada que se promete histórica. Ganó la final de Copa al Newcastle seis días después de conquistar el título de Liga. Sólo le queda el último y más grande desafío: la final de la Copa de Europa frente al Bayern de Múnich. Mientras le llega el momento cumbre, el Manchester sigue firmísimo a pesar de lesiones, ausencias y fatigas. Ventiló la final de la Copa inglesa con un centro del campo parcheado con jugadores procedentes de otros posiciones. Butt no jugó. A Keane le lesionó el alemán Hamann en el primer minuto del encuentro. Sin sus dos bastiones en una zona capital, Alex Ferguson tuvo que tirar de Sholes (un mediopunta) y de Beckham (interior derecho) para organizarse en el medio. Lo hicieron sin problemas y con un gran protagonismo, especialmente Scholes, que participó con inteligencia y habilidad en los dos goles de su equipo.De nuevo, el Manchester dio una considerable muestra de confianza en su juego. El Newcastle, que años atrás pretendió arrebatar la supremacía a su rival en el campo y las cuestiones económicas, se sintió inferior desde el arranque y no consiguió quitarse el complejo en todo el partido. Se aproximó a la final como un perdedor. Cuando quiso levantarse, estaba perdido. El excelente tanto de Sheringham pesó demasiado sobre el destino del encuentro. El Newcastle utilizó el vigor físico para intentar equilibrar el juego. En cuanto a vigoroso, ninguno como el alemán Hamann, de quien no se supo si trabajaba para su equipo o para su anterior club, el Bayern. El caso es que llevó por delante a todos los rivales que encontró. Keane se llevó la peor parte. Hamann le dio con todo en la primera jugada del partido. Keane se retiró, el Manchester reajustó sus líneas y el encuentro siguió por donde iba: el Newcastle buscando las tibias y el Manchester olfateando el gol.

MANCHESTER 2

NEWCASTLE 0Manchester United: Schmeichel; Gary Neville, Johnsen, May, Phil Neville, Beckham, Scholes (Stam, m. 76), Keane, (Sheringham, m.8) Giggs, Cole (Yorke, m. 60) y Solksjaer. Newcastle: Harper; Griffin, Charvet, Dabizas, Domi, Lee, Hamann (Duncan Ferguson, m. 46) Speed, Solano, (Maric, m.68) Ketsbaia (Glass, m.76) y Shearer. Goles: 1-0. M.10. Teddy Sheringham. 2-0. M.53. Scholes. Árbitro: Peter Jones . Amonestó a Hamann. Final de la Copa de Inglaterra, la última disputada en el estadio de Wembley ante su remodelación del próximo año.

Sin caer en el monólogo, el Manchester manejó la primera parte a su antojo, con varias oportunidades de ampliar la ventaja. Sólo atravesó por dificultades cuando el gigantesco Duncan Ferguson sustituyó al belicoso Hamann. Ferguson, un ariete a la antigua, comprometió a los centrales del Manchester en los tres primeros balones altos del segundo tiempo. Pero justo cuando el Newcastle comenzaba a atisbar una salida a sus problemas, Scholes marcó el segundo tanto, un gol de chico listo, condición que caracteriza a este pelirrojo.

Desde ese momento, el Manchester no se vio demasiado exigido. Había una distancia abismal entre la seguridad de sus jugadores en lo que hacían y el tono arrebatado, pero incoherente, del Newcastle, que admitió su derrota de manera irremediable, quizá porque en estos momentos todo el fútbol inglés se ha inclinado ante la mística de un equipo que está dispuesto a hacer historia. El miércoles, frente al Bayern, se sabrá si alcanza la última cima que le falta.

Archivado En