GENTE

UN ACTOR LLAMADO EL JULI

No para. No contento con declarar en estado de alerta cada plaza que pisa, el torero Julián López, El Juli, debuta en el cine. El título del acontecimiento: Sueño de luces, que no, como toca en estos lances, Currito de la Cruz. Ayer se estrenó en Madrid la película y, contra pronóstico, cundió la polémica. El joven diestro quiso dejar claro desde el principio que él no quiere ser actor y que las únicas luces que desea son las de su bien ceñido vestido. Para nada las de las candilejas. Ni asistió a la gala ni se le esperaba. "No voy a entrar al trapo. De eso no quiero saber...

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No para. No contento con declarar en estado de alerta cada plaza que pisa, el torero Julián López, El Juli, debuta en el cine. El título del acontecimiento: Sueño de luces, que no, como toca en estos lances, Currito de la Cruz. Ayer se estrenó en Madrid la película y, contra pronóstico, cundió la polémica. El joven diestro quiso dejar claro desde el principio que él no quiere ser actor y que las únicas luces que desea son las de su bien ceñido vestido. Para nada las de las candilejas. Ni asistió a la gala ni se le esperaba. "No voy a entrar al trapo. De eso no quiero saber nada y lo que no voy a hacer es responder a una provocación que sólo les beneficia a ellos. Por favor, respeten mi silencio", dijo el padre del torero horas antes de la gala. "Ellos" son los productores y distribuidores de la cinta escrita y dirigida por Antonio García Molina. "La reacción del padre nos resulta sorprendente", contesta Kenny José García Rivera, hijo del realizador y responsable de la promoción del filme. "De común acuerdo, pensamos que la película sería la mejor manera de introducir a El Juli en un mundo en el que por aquel entonces no era nadie", dice el promotor para explicar la génesis del proyecto. Ahora, de aquello nada. Más allá del rifirrafe, Sueño de luces es una película infantil basada en la canción mexicana Huapango Torero. Durante hora y media se narran las ansias de grandeza de un niño que, además de arrimarse a los astados, juega al béisbol, monta a caballo y enamora a jóvenes incautas. Al final, ficción y realidad se dan la mano y nuestro héroe triunfa. Eso sí, todo ello en un doblado y suave acento mexicano digno de vuelta al ruedo.- ,

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