Los críticos y algunos lermistas descontentos con las listas fuerzan la dimisión de Romero Los seguidores del ex presidente de la Generalitat que votaron en contra pedían más integración. Los enredos de Ciscar

El sector crítico, conformado por los seguidores de Ciprià Ciscar, Antoni Asunción y la corriente de Izquierda Socialista (IS), que lidera Vicent Garcés, derrotaron ayer, después de meses de hostilidades, al secretario general del PSPV-PSOE, Joan Romero, gracias a los votos de un sector del lermismo descontento con la composición de las listas confeccionadas por el hoy ex secretario de los socialistas valencianos. El candidato renovador jugó y perdió. Su rotunda negativa de la noche del pasado viernes a modificar las listas aprobadas por la dirección del partido para dar entrada a algunos repr...

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El sector crítico, conformado por los seguidores de Ciprià Ciscar, Antoni Asunción y la corriente de Izquierda Socialista (IS), que lidera Vicent Garcés, derrotaron ayer, después de meses de hostilidades, al secretario general del PSPV-PSOE, Joan Romero, gracias a los votos de un sector del lermismo descontento con la composición de las listas confeccionadas por el hoy ex secretario de los socialistas valencianos. El candidato renovador jugó y perdió. Su rotunda negativa de la noche del pasado viernes a modificar las listas aprobadas por la dirección del partido para dar entrada a algunos representantes del lermismo se agrietó a primeras horas de ayer. Romero, decidido a defender sus listas, cedió después de que una mayoría de su comisión ejecutiva se lo aconsejase. Sólo tres personas de la dirección le animaron a mantenerse en sus postulados iniciales. En un intento por evitar lo que a primera hora parecía inevitable, a juzgar por el desconcierto de los delegados socialistas, la comisión ejecutiva hacía un receso para que Romero, acompañado del portavoz en las Cortes, Antonio Moreno y del vicesecretario del PSPV, Antonio Mira Perceval, y el lermista Diego Macià, dirigente de la agrupación ilicitana, la segunda más numerosa de la federación valenciana, negociara cambios de última hora. Moreno le sugirió que incluyese a un partidario de Ciscar en un intento por frenar la división del partido, a lo que Romero se negó en redondo. Unas horas después explicaría en su discurso al comité nacional del partido que sus listas no eran "la suma de estructuras tribales". Sí aceptó la entrada del lermista José Camarasa, pero se negó a la petición de Macià de sacar de la lista por Alicante al ex alcalde de Elche Manuel Rodríguez. En Castellón, Ernest Fenollosa subía tres puestos en la lista. Esta propuesta, oficiosa, no prosperó en la comisión nacional de listas, que aprobó una tercera lista (ver gráfico), inasumible para Romero. El desánimo cundió en las filas de los romeristas. La dimisión del secretario general y candidato socialista a las elecciones del 13 de junio era cuestión de minutos. Con esta frase: "A la sexta va la vencida", se despidió Romero del comité nacional, entre aplausos de más de la mitad de la sala. Romero abandonó el hotel donde se celebró la reunión sin hacer declaraciones a los periodistas y y entre muestras de afecto de su equipo. Con Romero renunció toda la dirección del partido y, después de un receso de un hora, el comité nacional volvió a reunirse para tratar cuestiones de trámite. La mesa del comité, con José Luis Ábalos a la cabeza, actuará como gestora hasta dentro de unos días en que se elija en Madrid.La dirección federal del PSOE reaccionó a última hora de la tarde de ayer tras conocer la dimisión de Joan Romero. "Ciscar [secretario de Organización del PSOE] ha enredado mucho", admitía un destacado miembro del partido en Madrid. Éste censuraba asimismo el pulso sostenido por Romero, sobre todo a la vista de los malos resultados de este último en las encuestas preliminares a la cita electoral. "Romero ha intentado dar un golpe de mano y éste se ha vuelto en contra de él", era la impresión de este dirigente, quien se refirió a Carmen Alborch, ministra de Cultura con Felipe González, como "una espléndida candidata, aunque hay otros nombres". Precisamente, los partidarios de Romero especulaban ayer sobre el decisivo papel jugado por Ciscar en la dimisión del secretario general de los socialistas valencianos. En los pasillos se habló de una operación, medida al milímetro y orquestada por el secretario de Organización del PSOE para tumbar a Romero con vistas a liderar dentro de cuatro años la federación valenciana, que abandonó hace unos años para incorporarse a la dirección federal.

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