El decálogo de Camacho

Muy lejos de la imagen de visceralidad que pudo transmitir durante años, el seleccionador español, José Antonio Camacho, de 43 años, es una persona accesible y dialogante en la concentración de España en El Saler (Valencia): su equipo se mide el sábado a Austria en un partido decisivo de la clasificación para la Eurocopa de 2000 (Mestalla, 21.45, TVE-1). Camacho recurre a la palabra para ganarse a unos y a otros. A los jugadores, por ejemplo, a los que reunió periódicamente por líneas -la defensiva, el centro del campo y la delantera- en cuatro citas en las que les explicó lo que quería de ell...

Muy lejos de la imagen de visceralidad que pudo transmitir durante años, el seleccionador español, José Antonio Camacho, de 43 años, es una persona accesible y dialogante en la concentración de España en El Saler (Valencia): su equipo se mide el sábado a Austria en un partido decisivo de la clasificación para la Eurocopa de 2000 (Mestalla, 21.45, TVE-1). Camacho recurre a la palabra para ganarse a unos y a otros. A los jugadores, por ejemplo, a los que reunió periódicamente por líneas -la defensiva, el centro del campo y la delantera- en cuatro citas en las que les explicó lo que quería de ellos. Según José Carcelén, ayudante de Camacho, éstas son algunas de las claves maestras de estas charlas, agrupadas en un posible decálogo. El decálogo de Camacho.Cualquiera puede entrar. La selección está abierta. Depende del estado de forma de cada cual. Hay más jugadores del Mallorca (3) que del Madrid o del Barça: dos. "En 41 años no había venido nadie del Racing. Antes, la selección era un grupo más restringido", dijo el racinguista Munitis.

"Hay que mantener viva la llama de la selección". España es un equipo con tanta trascendencia como el que más. Y cuando le recuerdan al técnico los 18 goles en Liga de Raúl en el Madrid, o los 13 de Urzaiz en el Athletic, éste responde: "Sí, muy bien, pero ahora que demuestren eso en la selección".

Distensión de las relaciones con la prensa. La lluvia impidió ayer el partidillo entre los técnicos de la selección -con Camacho a la cabeza- y los periodistas que siguen habitualmente a España. El técnico intenta hacer olvidar la crispación de la prensa con el anterior seleccionador, Javier Clemente.

Juego de bandas. Camacho jugará como siempre lo ha hecho: con un 4-4-2, en el que tanto los interiores como los laterales actuarán muy abiertos. De ahí que elija para los interiores a Etxeberria y a Fran, muy acostumbrados a la cal de las bandas.

Presión a rajatabla. Todos, desde Salgado a Urzaiz, deben presionar al rival, cada uno desde su zona, y preferentemente en campo contrario, señal inequívoca de que el equipo lleva la iniciativa.

Posesión de balón. Básica para Camacho. Sólo teniendo el balón la mayor parte del tiempo, se puede presionar correctamente. Guardiola, Etxeberria, Valerón y Fran, todos muy creativos, serán titulares ante Austria.

Compensación. El técnico de la selección busca el equilibrio entre los dos puntos anteriores. Para un mismo puesto, siempre dispondrá de jugadores más aptos para la posesión (Valerón) o para la presión (Mendieta). Frente a la previsiblemente defensiva Austria, optará por el primero.

Sin miedo al fracaso. "Si nos elimina Austria, claro que será un fracaso. Aunque esto es un juego y puedes ganar o perder", dijo con naturalidad Camacho, en contraste con Clemente, muy aprensivo al oir tal vocablo.

Precisión defensiva. La defensa zonal de cuatro -Salgado, Hierro, Marcelino y Sergi- defenderá muy arriba, pero sin jugar al límite del fuera de juego. Eso sí, Camacho, que fue un gran defensor, les ha pedido a sus hombres precisión defensiva dentro de la propia área.

Delantera en paralelo. Dos delanteros (Urzaiz y Raúl) jugarán en pararelo, casi a la misa altura. Es la mejor manera de combatir una defensa de tres centrales como la de Austria. Recibirán la permanente ayuda tanto de los interiores como del media punta.