El Tau cerró unos 'cuartos' sin sorpresas

No es casualidad que los cuatro primeros clasificados de la Liga sean los cuatro participantes en las semifinales de la Copa. El Tau hizo ayer buenos los pronósticos y dejó para mejor ocasión la lluvia de sorpresas. Esta Copa se ha puesto rigurosa y coloca a los cuatro más regulares en la lucha por el título. Sea quien sea el ganador, nadie podrá llevarse a engaño. Son los que están. El Tau hizo el partido que se le suponía y aceptó llevar el peso de la eliminatoria. Tuvo que luchar hasta la última jugada para resolver la cuestión ante el Joventut. Fue un choque de caracteres disputado con gr...

No es casualidad que los cuatro primeros clasificados de la Liga sean los cuatro participantes en las semifinales de la Copa. El Tau hizo ayer buenos los pronósticos y dejó para mejor ocasión la lluvia de sorpresas. Esta Copa se ha puesto rigurosa y coloca a los cuatro más regulares en la lucha por el título. Sea quien sea el ganador, nadie podrá llevarse a engaño. Son los que están. El Tau hizo el partido que se le suponía y aceptó llevar el peso de la eliminatoria. Tuvo que luchar hasta la última jugada para resolver la cuestión ante el Joventut. Fue un choque de caracteres disputado con gran carácter. Tau y Joventut no se parecen en nada. Por eso el partido fue bueno.Mientras Julbe busca en ocasiones la cuadratura del círculo en Badalona, Vitoria vive y disfruta sin complejos del baloncesto. Ya nadie se echa las manos a la cabeza con las idas y venidas de jugadores de toda raza, condición y nacionalidad por el despacho del presidente del club, Josean Querejeta. A fuerza de coherencia y constancia, el Tau ha hecho su camino y nadie le reprocha nada en su casa. No es un equipo brillante, pero sí constante. Ya se puede poner serio su rival, que el Tau va a jugar siempre al mismo ritmo.

Y el equipo de Badalona, que viene de algunos altibajos, se puso serio. Julbe quiere mezclar cosas de fuera con cosas de dentro, gente mayor con gente muy joven, y tiene que ganarse el derecho a tener tiempo para que la composición de resultado. Sea como sea su equipo es (y va a serlo durante algún tiempo) ciclotímico, razón por la cual la Copa era una buena oportunidad para tener un plus de motivación. Lo fue, tanto que resultó ser el de mayor calidad de cuartos.

De acuerdo a sus caracteres, el Badalona se movió de forma racheada y el Tau hizo su trabajo de siempre. Alternaron defensas individuales con zonas, jugaron más lento o más rápido, pero siempre bajo un marcador igualado. Hubo también la dureza necesaria para vivir un juego con intensidad. A la extroversión de Corrales correspondía Bennett con una frialdad notable, a la puntería de Beric en algún caso, la velocidad de Swinson, había un juego de caracteres de por medio, que no una cuestión de carácter. El problema para el Joventut era doble: o lograba sacar al Tau de su libreto y hacerle correr (hecho que sucedió en apenas unos minutos de la primera parte) o debía armarse de paciencia para, finalmente, tener que atreverse a un final ajustado.

Esos problemas llegaron mediada la reanudación, cuando el Joventut entró en una ligera racha de canastas fallidas, algunas de auténtica desgracia, que aprovechó el Tau para cobrárselas de inmediato (61-51, a falta de 9 minutos). Julbe tuvo la osadía de poner en esas circunstancias en cancha al joven Raúl López, de seguir moviendo el banquillo, de involucrar a toda su gente en la eliminatoria, hasta conseguirlo. A fuerza de motivación y disputar cada pelota, el Joventut logró la igualada y llegar al minuto final con posibilidades (72-68). En esas circunstancias el Joventut puso la fe y tuvo sus opciones, pero el Tau puso la solidez y su experiencia en estas lides. Hasta el último segundo, no se vio una sonrisa en las filas de este equipo