Ronald despertó al Benidorm

Ronald de Boer rompió el sueño del Benidorm, que aguantó con nobleza durante casi todo el partido. Casi todo. Al final apareció Figo, el mejor del Barça, hizo un gran cambio de juego y, en el seguno palo, Ronald de Boer se estrenó marcando. De cabeza. En el penúltimo minuto, el holandés plasmó la superioridad del Barça ante un combativo Benidorm.El debut de los gemelos fue la noticia deportiva de la noche, pero el protagonismo se lo llevaron Figo y la garra del conjunto alicantino, que estuvo a punto de resistir indemne el asedio.

Al Barça le costó coger el aire al partido. Vigilado de ...

Ronald de Boer rompió el sueño del Benidorm, que aguantó con nobleza durante casi todo el partido. Casi todo. Al final apareció Figo, el mejor del Barça, hizo un gran cambio de juego y, en el seguno palo, Ronald de Boer se estrenó marcando. De cabeza. En el penúltimo minuto, el holandés plasmó la superioridad del Barça ante un combativo Benidorm.El debut de los gemelos fue la noticia deportiva de la noche, pero el protagonismo se lo llevaron Figo y la garra del conjunto alicantino, que estuvo a punto de resistir indemne el asedio.

Al Barça le costó coger el aire al partido. Vigilado de cerca Guardiola por Montava, Pelegrino tuvo que iniciar el juego azulgrana con lo que ello supone, es decir, apagón general. Ante este panorama, Figo y Luis Enrique asumieron el mando.

Las diferencias siderales entre ambos conjuntos quedaron patentes casi de inmediato, cuando se apreció que cada control de pelota del Benidorm duraba de 5 a 10 segundos, mientras que los del Barça superaban el minuto de promedio. Esa fue la tónica de la primera parte.

No obstante, el grupo de Van Gaal debió emplearse a fondo para superar la fuerte presión local en un campo pequeño con el césped muy irregular. Parapetado ante el meta San Román, el Benidorm se agarró con fe a sus únicas armas posibles: corazón, lucha y mucho contacto físico, pero también orden defensivo.

El equipo de Mora no se descompuso en ningún momento. Cada minuto que transcurría con su portería a cero aumentaba la gesta de los alicantinos, que a punto estuvieron de consumar una proeza merecida.

Xavi, Rivaldo y Cocu estuvieron apagados. Al Barça le faltaron destellos de calidad para definir mucho antes. En Foietes se vio un Barça seguro de su superioridad, pero sin sentir la obligación de sentenciar. Jugó con una punta de gas y hoy ya ni el campeón azulgrana puede permitirse ganar con la gorra, pese a una alineación que intimidaba.

Hubo, en cualquier caso, un hombre especialmente motivado en el bando barcelonista: Figo. El portugués reivindicó la titularidad de la banda derecha para cerrar suspicacias con la llegada de Ronald de Boer, que actuó preferentemente por el flanco izquierdo. Precisamente un centro de Figo por la banda derecha fue aprovechado por el más ofensivo de los gemelos para sellar la victoria azulgrana en Foietes, que se quedó pequeño para ver al Barça.

Sorprendió Van Gaal al ubicar a Xavi de lateral derecho y a Frank de Boer de lateral izquierdo, posición a la que se vio desplazado por las bajas de Sergi y Bogarde, ambos lesionados. Su trabajo fue tan correcto como inadvertido. El grupo de Van Gaal acabó por desesperarse en el segundo tiempo. No había manera de penetrar en la ordenada defensa del Benidorm, que no se conformó con eso. Reservó fuerza para el último tramo y ahí se marchó arriba por si sonaba la flauta. Esa flauta la afinaba el pequeño Montava, que se atrevió con un par de caños.

Figo, sin embargo, perseveró y sirvió aquel gran centro para que Ronald de Boer tuviera un dulce debut y le diera un triunfo a su equipo que le salvará de la crítica. No jugó bien el colectivo de Van Gaal, un equipo tan concentrado como somnoliento en su fútbol, pero mantiene su racha victoriosa: a los cuatro triunfos consecutivos de Liga sumó uno en la Copa. La aportación de los gemelos De Boer, sin embargo, se presenta como muy interesante, puesto que son dos futbolistas muy completos y con gran sentido del juego colectivo.